PENSANDO EL SUR:
el paisaje, la identidad
y sus símbolos

—Joaquín Aras



Pensemos a Nicolás García Uriburu como un gran pintor paisajista, que lleva el paisaje a la pintura y más tarde la pintura al paisaje. Un pintor que, a lo largo de su carrera, se concentra en el paisaje natural sudamericano y no lo piensa como fondo sino como gran protagonista. Lo pinta de cerca, encuadrando a sus ombúes y sus animales como elementos centrales que ocupan casi toda la imagen; y lo pinta desde lejos, trazando mapas sin divisiones políticas donde los territorios se unen a través de sus ríos. Un paisaje desde el Sur, pensado a partir de otra mentalidad cartográfica, que ubica a la naturaleza antes que a la civilización.

De la naturaleza, Nicolás toma su color: el verde; y con sus coloraciones tiñe las aguas de las grandes ciudades del mundo, tratando de retroceder el avance urbano. Es justamente su preocupación por el paisaje natural la que lo lleva a realizar acciones ecológicas, para tratar de preservarlo.

Este compromiso aparece también en sus pinturas de especies en vías de extinción y lugares icónicos argentinos. De esas series se desprenden los famosos “ombúes”, “Iguazú nocturno (Cataratas)” y “El Gomero”, obras que forman parte de esta exhibición. En estas pinturas, los elementos naturales dominan la composición: las partes del paisaje son aún más grandes que el territorio mismo y quizás por eso la decisión de conformar algunas de ellas en trípticos. Es una naturaleza fortalecida, que vence a la civilización, que no tiene otro remedio que acomodarse alrededor suyo. Un paisaje tan grande que no entra en el cuadro, volviéndose casi un retrato que nos devuelve la mirada, transformándose en un símbolo que representa al lugar de donde viene. La figura del ombú, como árbol nacional argentino; las Cataratas del Iguazú, una de las Siete maravillas naturales del mundo y orgullo nacional; y el gomero, que bien podría ser el gomero de la Recoleta, ubicado frente al Palais de Glace, el árbol más antiguo y querido de la ciudad.

La palabra paisaje proviene del francés y refiere al “hacer campo, hacer país” y alude directamente al sentido de pertenencia. Es en esta noción de paisaje como símbolo de identidad nacional, o regional, donde se conectan las obras de Nicolás García Uriburu y Valentín Demarco. Ambos artistas se preocupan por representar los símbolos que nos identifican regionalmente, como argentinos y como sudamericanos. Sus visiones sobre el Sur se despliegan en diversos formatos: García Uriburu lleva el paisaje a la acción; Demarco investiga el paisaje pampeano y su imaginario en videos e instalaciones, y especialmente a través de la orfebrería - artesanía típica de Olavarría, su pueblo natal -. En sus trabajos, Demarco explora modos de preservación de la tradición local, en diálogo con la cultura contemporánea.

Todo se une en el infinito paisaje de la llanura pampeana. Desde allí, con ojos de lugareño, Valentín se pregunta cuál es el rol de un personaje típico del paisaje pampeano: la vaca. La vaca no es de origen argentino y sin embargo es un elemento visual constitutivo de nuestro paisaje nacional. Demarco trae a la discusión la figura de un animal dejado de lado en la representación nacional, opacado quizás por el caballo y limitado a ser reconocido por alguna de sus partes: su textura, su piel, su carne. La vaca puede ser un símbolo de naturaleza o civilización y es probable que por esa razón este animal figura también como protagonista de varias pinturas de García Uriburu.

En el video “Vacayendo”, que realizó Demarco para esta exhibición, podemos ver un grupo de vacas en soledad con el paisaje, momentáneamente liberadas del tambo. Al movimiento lento de las imágenes lo acompaña un recitado en tono gauchesco que remite al arrullo en el que la vaca es protagonista y no mera hacienda. La obra es un retrato de la vaca en su entorno natural y de la relación entre lo vacuno y lo humano. Valentín decide darle "agencia" al animal, y este devuelve su mirada a la cámara, y al espectador, en un gesto de determinación y templanza. El juego de miradas se convierte en un diálogo penetrante.

El horizonte, los árboles y las vacas fueron los espectadores y protagonistas de las obras de Nicolás y Valentín. En sus piezas, los elementos del paisaje se convierten en símbolos de identidad que representan mucho más que un territorio o una causa (desde la protesta ecológica a la revalorización patrimonial); representan el vínculo con el lugar de donde uno viene. Y así los ombúes, las cataratas, el gomero y las vacas se convierten en símbolos afectivos que permiten ubicarnos en el lugar del otro para alcanzar la contemplación y compartir una visión de la naturaleza y la civilización con quienes lo miran de cerca: su propio paisaje y sus propios habitantes.

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Colección Amalita

Nicolás García Uriburu

BIO

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Artista invitado

Valentín Demarco

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Colección Amalita

Simulación Vistas de Salas


Brochure

Explorando #06

#06-NICOLÁS GARCÍA URIBURU


Curaduría artista invitado
Joaquín Aras
Artista invitado
Valentín Demarco

Producción general
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Germán Barraza

Patricia Caramés
Coordinación
Jimena Guitart

Diseño Gráfico
Fabián Muggeri

Fotografías Nicolás García Uriburu:
Estudio Roth


Video Valentín Demarco:
Texto y sonido
Valentín Demarco
Cámara
Juan Renau
Edición
Joaquín Aras

Músicos invitados
Jorge Espinal y Agustín Genoud

Taller infantil
Mercedes Pezzini


Agradecimientos
Leopol Mones Cazón
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