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Sir Lawrence Alma-Tadema

Dornijp, Holanda, 1836 - Wiesbaden, Alemania, 1912

A pesar de su nacimiento holandés, Lawrence Alma-Tadema es uno de los más conocidos pintores en la historia de Gran Bretaña. Nació en Dornijp (Frisia), Holanda, 8 de enero de 1836.En 1852 ingresó en la Academia de Amberes, donde se formó con Gustav Wappers y con Nicaise de Keyser, para trabajar posteriormente como asistente del barón Hendryk Leys. Su experiencia con estos pintores historicistas marcó su carrera. Hasta mediados de 1860 pintó temas derivados de la historia de los merovingios, pero luego se interesó por asuntos egipcios y romanos, siendo reconocido como el más importante artista para desarrollar representaciones basadas en la cultura clásica mediterránea.En 1870, luego de la muerte Marie Pauline Gressin, su primera esposa, se instaló en Londres, donde casó con Laura Elizabeth Epps (1871) y vivió el resto de sus días. Allí desarrolló una importante carrera y alcanzó reconocimiento no sólo en Inglaterra sino también en el continente. En esa ciudad, el pintor desarrolló una obra brillante que tuvo como temática principal la recreación del mundo de la antigüedad, con especial énfasis en las culturas que se desarrollaron en el Mediterráneo: la egipcia y la grecorromana. El mundo egipcio ocupó un importante capítulo en la producción de sus comienzos y luego dedicó su interés a recrear escenas griegas o principalmente romanas. Sin embargo, en diversas oportunidades a lo largo de su carrera, Alma-Tadema volvió a pintar sobre la cultura que floreció junto al río Nilo.Fue miembro asociado de la Royal Academy of Art a partir de 1876 y miembro pleno en 1879. A partir de 1907 también fue miembro de la Academia de San Lucas en Roma. Fue condecorado como oficial de la Legión de Honor en 1878 y desde 1890 fue miembro honorario de la Oxford University Dramatic Society.

Jugadores de ajedrez, 1865

Óleo sobre tabla, 40,5 x 55,5 cm

El interior muestra una arquitectura ricamente decorada con pinturas que exhiben motivos que la arqueología puso a nuestro alcance y que Alma-Tadema supo relevar de colecciones de los museos que visitó. Temas decorativos y detalles arquitectónicos aparecen cuidadosamente respetados, como puede verse en la columna con su decoración de flores de loto, uno de los motivos más usados en el Egipto antiguo. A esto hay que sumar los muebles y otros objetos que se ven en el ambiente, especialmente la mesa con el juego, convertida aquí en un foco importante en la acción representada. Algo similar sucede con los ropajes y adornos de los personajes que aparecen en este interior. El artista ha planteado también una vista exterior que muestra un jardín con plantas típicas como las palmeras, cerrado con un muro tal como pueden verse en los murales que decoran tumbas que han llegado a nuestros días. Un toque ambiental fundamental como es el cielo de intenso azul completa el exterior.
Entre el jardín y el interior se establece un interesante contraste de luces, que el pintor aprovecha para enfatizar algunos de los personajes que intervienen en la escena, especialmente la figura femenina que atentamente observa el juego, seguramente discurriendo sobre el movimiento que los jugadores habrán de realizar.
Pintada en 1865, a poco de su primera visita a Londres con motivo de la Exposición Internacional de 1863, donde de Alma-Tadema se había interesado vivamente por los objetos procedentes de la culturas clásica y de la egipcia que vio en el Museo Británico, esta obra es una buena muestra de esta etapa de su carrera además de un ejemplo de su perfección técnica, cuyo virtuosismo fuera reconocido nada menos que por John Ruskin, uno de los críticos contemporáneos más eminentes.


Hermenegildo Anglada Camarasa

Barcelona, España 1871 - Pollensa, España, 1959

Nació en Barcelona el 11 de septiembre de 1871. Comenzó sus estudios de pintura con Tomás Moragas (1837-1906) y luego con Modest Urgell en la Escola de Belles Arts de Barcelona. Al comienzo del siglo XX se estableció en París y en 1901, debido a su participación en la Exposición Internacional de Dresde, donde además estuvieron sus compatriotas Ignacio Zuloaga (1870-1945) y Francisco Iturrino (1864-1924), logró renombre más allá de su tierra. Junto a diversas distinciones en exposiciones internacionales tuvo un activo taller donde dio clases a alumnos procendentes de diferentes países (entre ellos pueden contarse a los argentinos Tito Cittadini y Raúl Mazza y el uruguayo José Cúneo).A partir de 1914 se trasladó a Mallorca, instalándose en Pollensa. Lo acompañó su discípulo Tito Cittadini con quien fundó, en 1916, la Escuela de Pollensa. Mallorca marcó su vuelco hacia el paisaje, en el que conservó su estilo de pincelada cargada y brillantes colores. En el paisaje desplegó su interés por el color así como por el uso de una técnica de pincelada cargada de materia que trabaja casi como un trazo de dibujo. Este género, sin abandonar los principios de uso del color que había ya experimentado largamente, le sirvió para explorar plásticamente nuevos planteos; especialmente brillantes cromatismos que se expresan con su modo altamente personal de usar la pincelada, con empastes densos, diferente de la que se acostumbraba en esa época. Esto es lo que se denominó el 'esmaltismo' de Anglada Camarasa. También pintó retratos y obras de género mostrando costumbres y tipos populares de su lugar. En 1917 fue nombrado miembro de honor de la Hispanic Society of America, de Nueva York. Realizó exposiciones en Madrid, París, Berlín, Londres y también en Buenos Aires, donde su obra fue altamente apreciada.

Paisaje con nubes, s. f.

Óleo sobre tabla, 37 x 49 cm

La obra Paisaje con nubes de Hermenegildo Anglada Camarasa ofrece una buena muestra del esquema compositivo, del uso del color y de la materia que el artista utilizó en gran parte de su producción. Se destaca la pincelada cargada y el gran empaste con que el artista trabaja y que aquí le sirven para describir la naturaleza. La formación montañosa de este paisaje se conforma con gruesas pinceladas que van marcando las formas que configuran los elementos del paisaje: ocres y azules se combinan con rojos que tienden al lacre, se articulan en un ritmo creciente que culmina en el gran peñasco rocoso que remata la vista. El plano más cercano al observador, un pedemonte bien diferenciado, también es definido usando la misma técnica donde el empleo de los ocres se complementa con el blanco. Éste vuelve a aparecen el cielo, donde una gran nube parece moverse como si fuera una gran llamarada. Esta formación nubosa formada por pinceladas blancas y celestes constituye el elemento que el artista destaca y se convierte en el elemento dominante de la obra. Las formas presentes en este paisaje y sobre todo el uso de una pincelada libre y vigorosa, constituyen los elementos más importantes que dan vida a esta composición.


Juan Manuel Blanes

Montevideo, Uruguay, 1830 - Pisa, Italia, 1901

En su adolescencia, de manera autodidacta, se revelaron sus habilidades para el dibujo. Después de una temporada en el interior del Uruguay regresó a Montevideo y comenzó a trabajar en 1851 como tipógrafo en el diario La Constitución, empleo que mantendría por dos años. Por esta época inició una serie de obras de temas históricos y en 1854 instaló su primer taller de pintura, dedicándose a los retratos. En diciembre de 1856 se mudó a Concepción del Uruguay, Entre Ríos, Argentina, protegido por Justo José de Urquiza. Pintó para este caudillo entrerriano ocho cuadros épicos de batallas que se ubicarían en el Palacio San José. Comenzó así su trayectoria y fama como pintor dedicado a temas históricos rioplatenses. Alternando su residencia entre Montevideo, Concepción y Buenos Aires, realizó innumerables encargos y retratos. En 1858, Urquiza le encargó la decoración del Oratorio del mismo palacio. En 1860, mediante la sanción de una ley, obtuvo una pensión para estudiar en Europa. Al año siguiente se instaló en Florencia, Italia, donde asistió al taller y escuela del pintor de historia Antonio Ciseri (1821-1891). Su estadía en Europa se prolongó hasta 1864, año en el que regresó a su Montevideo natal. En 1870 viajó a Buenos Aires y comenzó una serie de telas históricas con temas argentinos. Con motivo de la epidemia que se desató en esta ciudad, pintó el cuadro Un episodio de fiebre amarilla en Buenos Aires (1871, Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo, Uruguay), que expuso en diciembre de 1871 en el antiguo Teatro Colón. Entre 1879 y1882 realizó su segundo viaje a Europa. Hacia 1882 obtuvo una medalla de oro en la Exposición Continental de Buenos Aires. A su regreso de Europa, ya instalado en Montevideo, recibió numerosos encargos oficiales y privados de pinturas históricas. En 1887 pintó la obra El general Roca ante el Congreso argentino (1887, Congreso Nacional) por encargo de los amigos del presidente Julio A. Roca. En 1896 finalizó la pintura Ocupación militar del Río Negro, 1879 (Museo Histórico Nacional, Buenos Aires). Dos años antes de su muerte se estableció en Italia, donde falleció.

La cautiva, c. 1880

Óleo sobre tela, 46 x 71 cm

La cautiva (c.1880), pintada en Florencia, Italia, es parte de una serie con temas latinoamericanos de carácter alegórico que emprendió Juan Manuel Blanes. En estas obras, los personajes y el tema tratado remiten a la dicotomía civilización/barbarie. La barbarie ya no son sólo los indios (por otro lado, un problema ya resuelto) sino, también, los gauchos sublevados, las guerras civiles y el desorden interior. La civilización, en la alegoría propuesta por el artista, es protagonizada por una mujer desnuda asediada por la barbarie.

La cautiva es un tema recurrente en las artes del Río de la Plata, un mito erótico que funcionó como catalizador del odio hacia los indígenas. En el centro de la obra, una mujer blanca semidesnuda con la cabeza alzada mira hacia el cielo, dispuesta a enfrentar su destino resignada. Es la presa y el botín del cacique, que observa curioso mientras se acerca agachado. Al fondo se puede apreciar la toldería, a la derecha, y un grupo de indios a caballo, el malón, que regresa a ella, a la izquierda. La pintura, de carácter realista, evidencia el gran virtuosismo de Blanes tanto en la composición como en el dibujo, y un excelente manejo de la luz. Todas las obras de esta serie están iluminadas con una luz clara, diáfana, que llevan al espectador a rememorar el desierto. Si bien el centro de la composición está puesto por el artista en la figura femenina, la cautiva, no descuida el tema del desierto que aparece como el otro gran protagonista de la obra.


Jan Brueghel I

Bruselas, Bélgica, 1568 - Amberes, Bélgica, 1625

Llamado también 'el Viejo' y 'de Velours', nació en Bruselas, Bélgica, en 1568, hijo de Pieter Bruegel el Viejo (c. 1525-1569) y hermano de Pieter II. Según van Mander fue alumno de Peeter Goetkind (+ 1583). En 1590 se hallaba en Nápoles, esta ciudad es la primera etapa documentada de un largo viaje por la península. Entre 1592 y 1594 estuvo en Roma, donde conoció al pintor Paul Bril (1554- 1626), que por entonces vivía en la ciudad. También allí Brueghel encontró, en 1593, a Federico Borromeo, quien sería su principal comitente y protector italiano. Cuando en 1595 Borromeo fue nombrado cardenal, Brueghel lo siguió a su sede de Milán. Regresó a Amberes en 1596, desde donde siguió enviando obras al Cardenal Borromeo a través de su agente Ercole Bianchi. En 1597 ingresó en la Guilda de pintores o Corporación de San Lucas, de la que fue decano en 1602. Se sabe que a partir de 1599 fue miembro de la Hermandad de Romanistas, una institución que reunía a pintores que habían estado en Italia y que en 1604 estuvo algún tiempo en Praga en la corte de Rodolfo II y en 1606 en Nuremberg, de donde regresó a su ciudad natal. Allí trabajó para los archiduques Alberto e Isabel; en 1609 fue nombrado pintor de la corte a pesar de lo cual se instaló en Amberes. En 1613 fue enviado junto a Rubens a cumplir una misión oficial en las Provincias del Norte (Holanda). Por esta época era ya bien conocido y respetado. Murió en 1625 víctima del cólera. Su obra comprende pequeños paisajes, pero también pintó temas mitológicos, religiosos o simples anécdotas, alegorías (los sentidos, los elementos) y flores, en lo que se destacó por la minuciosa ejecución y sus detalles de gran realismo. Realizó obras en colaboración con otros artistas, entre los cuales se cuentas Joos de Momper II, Hendrick van Balen, Sebastian Vrancx y Rubens. Su hijo Jan II (1601-1678), llamado 'el Joven', fue también pintor y su obra muchas veces fue confundida con la de su padre.

Flores en un vaso Wan-Li, c. 1609-11

Óleo sobre madera, 46 x 33,9 cm

Jan Brueghel I fue un especialista en la pintura de flores. Si bien pintó paisajes y otros motivos, encontró en este tipo de naturalezas muertas uno de sus temas más importantes. A la gran habilidad que tuvo para armar esos ramos hay que sumarle un quehacer minucioso basado siempre en el trabajo a partir de la realidad.

Sobre una mesa en la que se ve una rama con azahares a la izquierda y algunas pequeñas florecillas y una vaquita de San Antonio a la derecha, se apoya un vaso de porcelana blanca y azul de cuerpo esférico y alto cuello. Perteneciente al período Wan-Li, se conoce con el nombre de kendi, está decorado con guardas que forman recuadros donde se ve ramas en uno y una langosta en otro; en el cuello hay un pájaro posado en terreno. Las flores forman un colorido ramo en el que se destacan seis tulipanes de variadas formas y colores, una rama de junquillos y tres grandes rosas, junto a un follaje formado por pequeños pimpollos blancos y rosados, nomeolvides y jazmines blancos y las hojas de estas floraciones entre las que sobresalen las de los rosales. Sobre los junquillos se ha posado una pequeña mariposa blanca. Las vistosas flores se destacan contra un fondo oscuro.

Con cuidadosas pinceladas, el artista define los pétalos de cada una de las flores mezclando a veces empastes generosos de materia con raciones más leves y disueltas, o usando ligeras veladuras que le permitirán lograr superficies traslúcidas como sucede en la realidad de la naturaleza con los pétalos de algunas flores o las hojas de ciertas plantas. También se preocupa por la representación de los reflejos de luz, en este caso sobre el vaso chino, que muestra una gran mancha blanca en el centro de su cuerpo.


Pieter Brueghel II

Bruselas, Bélgica, ca. 1564/65 - Amberes, Bélgica, ca. 1637/38

Pieter Brueghel II, también llamado el Joven o “d’Enfer”, habría nacido en 1564 o a comienzos de 1565. Pertenece a una familia de pintores que tuvo importantes miembros. Era hijo de Pieter Bruegel I, el Viejo (c. 1525/30-1569) y hermano de Jan Brueghel I, llamado “de Velours”, quien fue su alumno y colaborador de Rubens. Su hijo Pieter III fue también pintor y nació en 1589 e ingresó en la Gilda o corporación de los pintores en 1608. Se tienen poco detalles de su vida. Su abuela, la miniaturista Maria Verhulst, le habría enseñado a pintar. En 1584 o 1585 ingresó a la Gilda como maestro independiente de Amberes. Por un registro de la institución se sabe que entre 1588 y 1526 tuvo al menos nueve alumnos entre los que se mencionan al pintor de animales y naturalezas muertas Frans Snyders (1579-1657) en 1608 y Gonzales Coques en 1626-27. Se casó con Elizabeth Goddeler el 5 de noviembre de 1588. Tampoco sabemos a ciencia cierta la fecha de su muerte que podría haber ocurrido en 1637-38 cuando contaba 73 ó 74 años, fechas en que su nombre aparece mencionado en la lista de Dootschulden (deudas por muerte) de la Gilda de San Lucas, en Amberes. Su éxito fue grande a través de las composiciones de su padre, que repitió en diversas ocasiones, pero también se conocen obras que muestran escenas rurales de su propia invención.

El Censo de Belén, s. f.

Óleo sobre tabla, 117,5 x 167,5 cm

La obra El censo de Belén trata de la llegada de José y María a Belén en la víspera del nacimiento del Niño Jesús, tal como es relatada en el Evangelio de San Lucas 2:1-5.





Es así como la representación se interesa en mostrar a José y María que llegan a Belén y se aproximan a la posada, reconocible por dos coronas que cuelgan en su fachada, sitio donde se lleva a cabo el censo. La Sagrada Familia se ubica en el centro de la composición y es reconocida por la figura cubierta por un manto azul que marcha montada en un burro, tal como tradicionalmente aparece la Virgen en este tipo de representaciones, así como por la figura masculina, José, llevando herramientas –y que aquí además carga de modo muy evidente una sierra– marcha adelante guiando al jamelgo y el buey que camina a su lado.





En este amplio paisaje nevado donde está ubicada la aldea flamenca se aprecia una gran actividad. A la izquierda a través de la puerta de la posada se ve un grupo de personas atareadas con la faena de cerdos, actividad que se continúa en el exterior; allí, un hombre y una mujer están desangrando uno. A un costado, en una serie de hatos de paja, se ven un hacha y otros utensilios apropiados. Dos niños observan la escena, uno está inflando una vejiga. Hacia el centro de la composición se ven varios carros cubiertos por la nieve junto a un sendero por donde se acercan varias figuras. Detrás de este animado primer plano, en la media distancia varias figuras se entretienen jugando con bolas de nieve, en el centro se ve una mujer con una escoba y, hacia la derecha, una casucha destartalada con un pequeño jardín en uno de sus lados. Una figura vestida con una capa y tocada con un gran sombrero ancho y chato se ocupa de las plantas. Detrás, en un portal, con sombreros similares, un grupo que personajes que pueden ser identificados como gitanos pone una nota exótica en el paisaje. Finalmente, en el plano del fondo, a la izquierda, se extiende una aldea en la vera opuesta de un río helado que bordeado de árboles, se prolonga hacia el horizonte. Sobre el otro lado, se levanta una gran casa frente a la cual se ha reunido un grupo frente a un gran fuego y cerca de aquí, a la derecha, un gran árbol que ostenta una insignia con un cisne sirve para convocar otro grupo. Más allá, unos hombres construyen una casa cuyo esqueleto se ve claramente. La gran casa marca asimismo el comienzo de una serie de construcciones que hacia la derecha culminan en una serie de edificios entre los que se ve un castillo con su foso congelado. Pequeñas figuras animan los diversos escenarios que muestra este paisaje cubierto por la nieve donde se destacan los techos empinados de las casas y los árboles sin follaje con algunos pájaros en sus ramas. Todos estos grupos completan el ambiente animado de una villa flamenca durante el invierno. Los juegos en la nieve, o en los estanques, ríos y canales congelados constituían un motivo que era festejado por los pobladores que gozaban de las posibilidades de las diferentes actividades que la estación les proporciona.


Pierre Paul Calmettes

París, Francia 1874-?

Si bien se sabe que Pierre Paul Calmettes nació en París en 1874, no conocemos ni la fecha ni el lugar de su muerte. Tampoco se tienen muchos datos sobre su vida. Era hijo del pintor de escenas de género Fernand Calmettes, quien había nacido en 1846 y que expuso en el Salón a partir de 1878. Pierre Paul fue también dibujante, retratista y pintó además escenas de género. Su padre fue el maestro de sus inicios, pero luego estudió con Adolphe William Bouguereau (1861-1905). En París participó en las exposiciones del Salón des Artistes Français, del cual sería miembro posteriormente. Su vinculación con el escritor Anatole France proviene de la amistad que éste tuvo con su padre y que fuera profundizada a través del trabajo que Calmettes realizó retratando la casa parisiense de France a partir de 1907. Según Édouard Leduc, Anatole France avant l’oubli (2006)1, el pintor habría formado parte de la comitiva que acompañó al escritor en su visita a nuestro país en 1909.

Le Cabinet d´Anatole France, 1908

Óleo sobre tela, 73 x 59,5 cm

La obra presenta el estudio o gabinete de trabajo del escritor Anatole France, cuyo verdadero nombre era Anatole François Thibault, nacido en París en 1844 y muerto en Saint-Cyr-sur-Loire el 12 de octubre de 1924.
Esta pintura muestra un rincón típico de un lugar de trabajo de fines del siglo XIX. La vista escorzada de uno de sus lados está dominada por dos motivos principales. Por un lado, una gran chimenea de madera ricamente labrada con tallas laterales que rematan figuras en putti. Éstos sostienen una repisa en la que se despliegan obras de arte. Se destaca un torso y una cabeza de mármol que parecieran ser fragmentos de obras clásicas. El otro motivo lo constituye el escritorio de trabajo del escritor, con su silla. Este es un mueble ricamente tallado, al igual que silla que lo acompaña. Sobre la tabla del escritorio se despliegan diversos papeles, libros y otros elementos necesarios para la escritura, además de otras obras más pequeñas y vistosas que se colocan en su parte superior. El muro de fondo se ve cubierto de pinturas de diferente tamaño que lo cubren en su casi totalidad. Estos cuadros, así como las pequeñas obras de arte y bibelots que aparecen en la chimenea y el escritorio invaden todas las superficies; parecen querer superar el horror vacui componiendo una apretada y complicada vista que fue típica en ciertos ambientes de fines del siglo XIX.


Marc Chagall

Vitebsk, Bielorrusia, 1887 - San Paul de Vence, Francia, 1985

Nació en Vitebsk, Bielorrusia, en el seno de una familia judía de origen rural. Entre 1907 y 1910 estudió en la Sociedad Imperial para la protección de las Artes de San Petersburgo y luego con Léon Bakst, figurinista y escenógrafo de los Ballets Rusos.Hasta 1914 vivió en París, donde conoció a Guillaume Apollinaire y Robert Delaunay (1885-1941) y a los artistas del grupo de los fauves. A comienzos de la Primera Guerra Mundial volvió a Rusia, donde en 1917 fue nombrado Comisario de Bellas Artes de la zona de Vitebsk y luego director de la academia de artes (1919-20). Renunció a causa de disputas con Kasimir Malevitch, tras lo cual marchó a Moscú, donde diseñó escenografías para el teatro judío estatal Karmerny.Su regreso a París en 1923 marcó una nueva etapa en su trabajo: su producción artística posee ya una expresión propia altamente imaginativa, caracterizada por un sentido poético pleno de fantasía y color; representa objetos yuxtapuestos entre sí y suspendidos en el espacio, que apelan a evocaciones de la vida campesinas rusa.Durante la Segunda Guerra Mundial, Chagall residió en Nueva York, allí, en 1946, el Museo de Arte Moderno realizó una retrospectiva de su obra. En 1948 volvió a instalarse en París. En 1951 visitó Israel y realizó sus primeras esculturas. La década fue marcada por una serie de obras en lugares públicos como los vitrales para la sinagoga del centro médico de la Universidad Hadassah, Jerusalén (1960-1962); pintó al cúpula de la Ópera de París y realizó un vitral para el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York en 1964; dos grandes murales para la Metropolitan Opera House de Nueva York (1967); vitrales para la catedral de Metz, Francia (1968). En 1977-1978, el Museo del Louvre, en París, realizó una gran exposición retrospectiva (la primera dedicada a un artista vivo); en 1985 le dedicó una el Philadelphia Museum of Art.Los temas religiosos interesaron especialmente a este artista. Durante toda su carrera produjo ilustraciones para obras literarias que se editaron en litografías. Murió en San Paul de Vence el 29 de marzo de 1985.

Bouquet de printemps, c. 1966-67

Óleo sobre tela, 100,5 x 73 cm

Esta obra tiene como motivo principal un gran ramo que cubre la mayor parte de la superficie. Formado por flores amarillas, azules, blancas y rosadas con profusión de hojas verdes, el ramo ha sido armado en un vaso transparente de pie angosto y se recorta contra un fondo azul celeste y violeta. Estos colores del fondo aparecen en algunos sectores del ramo, de lo que resulta una curiosa relación entre figura y fondo, de modo tal que parece interpenetrar y teñir con sus tonos el ramo. Esta interpenetración no sucede solamente en relación con el color, ya que la observación atenta de este fondo permite descubrir que ha sido trabajado con una serie de formas que enriquecen la sola representación de las flores. Por un lado se puede descubrir que el ramo está apoyado en un exterior. A la derecha podemos percibir un paisaje urbano que es inmediatamente reconocido como parisiense: lo dominan la torre Eiffel y uno de los típicos puentes sobre el Sena, una figura se mueve en la escena que un pájaro sobrevuela. Un pájaro lo sobrevuela. Arriba, varios personajes "vuelan en el cielo"; entre ellos se destacan, a la derecha, un violinista, un clarinetista y otros que parecen escuchar su música; del otro lado, un trapecista y una ecuyère que hace equilibrio sobre un caballo, personajes arquetípicos que Chagall introduce en sus obras para evocar celebraciones y que además ha relacionado siempre con el tema del amor. A estos personajes se suma, abajo a la izquierda, una pareja de amantes que se besan debajo de la luna.


Demetre H. Chiparus

Dorohoi, Rumania, 1886 - París, Francia, 1947

Demetre H. Chiparus nació en Dorohoi, Rumania, en 1886. En 1909 viajó a Italia, donde estudió con el escultor Raffaello Romanelli. En 1912 se trasladó a París para ingresar en École des Beaux-Arts, donde fue alumno de Antonin Mercie y Jean Boucher. Participó con dos obras en el Salon des Artistes Français de 1914, donde obtuvo una Mención de Honor. Sus primeras obras fueron figuras de niños y de temas religiosos. Después de la Primera Guerra comenzó a trabajar el tema de las bailarinas que le dieron fama. En muchos casos explotan el gusto por lo exótico y coinciden con el descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamon (1922), el auge de los Ballets Rusos de Serge Diaghilev y el desarrollo del Art Déco. Pero además sus obras implicaron la introducción de nuevas técnicas en la escultura; especialmente las “criselefantinas”, en las que se combina el bronce con el marfil para producir esculturas sumamente llamativas y estilizadas. Por esta época también se estudió la Atenea Partenos, que estaba realizada con esta técnica y de la cual Salomón Reinach había realizado una reconstrucción. Las obras más importantes y novedosas de Chiparus fueron producidas entre los años 1914 y 1933. Durante los últimos años de su vida realizó esculturas de animales y participó con algunas de ellas en el salón de París de 1942 y 1943. Chiparus murió en París en 1947.

Danseuse hindoue, c. 1928

Marfil y bronce policromado, plateado y dorado. Base de mármol y ónix, 56,5 x 69,4 x 13,3 cm

En la obra Danseuse hindoue la pose de la bailarina combina un estiramiento con una contorsión de su cuerpo sumamente llamativa. Su brazo izquierdo doblado sobre su cabeza y el derecho apoyado en el piso balancean la figura. Pero antes que la postura en esta figura debe destacarse el tratamiento que ha recibido el traje que la cubre casi por completo y que sólo deja ver sus manos, cuello y rostro marfilinos. Lleva una malla a la que se agrega una falda larga sostenida por un gran cinturón metálico ricamente trabajado que se abre a sus costados cayendo hacia delante y hacia atrás en una serie de drapeados que enfatizan la pose. Falda y malla muestran texturas que evocan escamas pero que son motivo de despliegue de un excepcional trabajo de cincelado.


Demetre H. Chiparus

Dorohoi, Rumania, 1886 - París, Francia, 1947

Demetre H. Chiparus nació en Dorohoi, Rumania, en 1886. En 1909 viajó a Italia, donde estudió con el escultor Raffaello Romanelli. En 1912 se trasladó a París para ingresar en École des Beaux-Arts, donde fue alumno de Antonin Mercie y Jean Boucher. Participó con dos obras en el Salon des Artistes Français de 1914, donde obtuvo una Mención de Honor. Sus primeras obras fueron figuras de niños y de temas religiosos. Después de la Primera Guerra comenzó a trabajar el tema de las bailarinas que le dieron fama. En muchos casos explotan el gusto por lo exótico y coinciden con el descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamon (1922), el auge de los Ballets Rusos de Serge Diaghilev y el desarrollo del Art Déco. Pero además sus obras implicaron la introducción de nuevas técnicas en la escultura; especialmente las “criselefantinas”, en las que se combina el bronce con el marfil para producir esculturas sumamente llamativas y estilizadas. Por esta época también se estudió la Atenea Partenos, que estaba realizada con esta técnica y de la cual Salomón Reinach había realizado una reconstrucción. Las obras más importantes y novedosas de Chiparus fueron producidas entre los años 1914 y 1933. Durante los últimos años de su vida realizó esculturas de animales y participó con algunas de ellas en el salón de París de 1942 y 1943. Chiparus murió en París en 1947.

Antinea, c. 1928

Marfil y bronce policromado, plateado y dorado. Base de mármol y ónix, 67,3 x 30 x 13 cm

En Antinea, Demetre Chiparus desarrolla una figura que se estira sobre el eje vertical de su propio cuerpo; se levanta sobre sus pies desnudos y eleva sus manos sosteniendo una capa que cae a los costados enmarcando su figura. El marfil suavemente pulido contrasta con el metal labrado con arabescos, cuentas y guardas brillantes del ropaje de esta exótica bailarina. La verticalidad de la figura se acrecienta mediante la base piramidal de portoro combinado con ónix y mármol de colores.
Es de destacar la gracia de las figuras que Chiparus concibe, que llaman la atención por la resolución de sus poses así como por la gran habilidad que demuestra su cincelado y el acabado de estas obras en las que el artista trabaja combinando texturas, colores y pátinas.


Demetre H. Chiparus

Dorohoi, Rumania, 1886 - París, Francia, 1947

Demetre H. Chiparus nació en Dorohoi, Rumania, en 1886. En 1909 viajó a Italia, donde estudió con el escultor Raffaello Romanelli. En 1912 se trasladó a París para ingresar en École des Beaux-Arts, donde fue alumno de Antonin Mercie y Jean Boucher. Participó con dos obras en el Salon des Artistes Français de 1914, donde obtuvo una Mención de Honor. Sus primeras obras fueron figuras de niños y de temas religiosos. Después de la Primera Guerra comenzó a trabajar el tema de las bailarinas que le dieron fama. En muchos casos explotan el gusto por lo exótico y coinciden con el descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamon (1922), el auge de los Ballets Rusos de Serge Diaghilev y el desarrollo del Art Déco. Pero además sus obras implicaron la introducción de nuevas técnicas en la escultura; especialmente las “criselefantinas”, en las que se combina el bronce con el marfil para producir esculturas sumamente llamativas y estilizadas. Por esta época también se estudió la Atenea Partenos, que estaba realizada con esta técnica y de la cual Salomón Reinach había realizado una reconstrucción. Las obras más importantes y novedosas de Chiparus fueron producidas entre los años 1914 y 1933. Durante los últimos años de su vida realizó esculturas de animales y participó con algunas de ellas en el salón de París de 1942 y 1943. Chiparus murió en París en 1947.

Pierrette, s.f.

Marfil y bronce, pintura en frío. Base de mármol. 24 x 10 x 5 cm


Salvador Dalí

Figueras, Cataluña, España, 1904-1989

Salvador Dalí es uno de los grandes protagonistas del arte español y también una figura de reconocimiento internacional. Su personalidad como artista, amplificada por una figura de características especiales que él mismo supo acuñar, ha teñido gran parte del siglo XX. Autor de varios centenares de pinturas y de innumerables dibujos, grabados y esculturas, trabajó también en diseños de muebles, joyas y objetos, escenografías, afiches e ilustraciones de libros. Todo esto lo hace uno de los artistas más prolíficos de la historia. Como grabador se destacó por los 30 aguafuertes para ilustrar Los cantos de Maldoror, del Conde de Lautréamont (1934); las doce litografías para el Quijote, de Miguel de Cervantes (1957), y las cien xilografías en color para la Divina Comedia, de Dante Alighieri (1960). Pero también realizó más de 30 series dedicadas a temas especiales como El Bestiario de La Fontaine, “Carmen”, “Los Caprichos” de Goya, “Los doce Apóstoles”, “Visiones de Chicago”. Desde muy joven, y al mismo tiempo que realizaba sus estudios formales en la Escuela Municipal de dibujo de Figueras, Salvador Dalí trabajó con Joan Nuñez, un grabador que había ganado el Premio de Roma en la especialidad. La inventiva constante e inagotable fue una de las características de este artista. En el caso del grabado, desarrolló técnicas que se potenciaron con los métodos creativos empleados por los surrealistas a los que estaba asociado. Es así como trabajó con la punta seca —una punta metálica que incide dibujando sobre una plancha metálica— e hizo de ella su técnica preferida. Pero la combinó con procedimientos insospechados, a veces con la intención de lograr un tratamiento especial de la plancha. Usó también la litografía aunque no era la que prefería, si bien la emplearía a partir de 1970 apelando a la cromolitografía en planchas que grababa luego con punta seca. Muchas veces recurrió al tachismo, técnica de mancha que los surrealistas tuvieron en gran estima, así como al “grabado automático”, que se relaciona con la escritura automática o de asociación.

Le cercle viscéral du Cosmos

Punta seca sobre cromolitografía, 74 x 55 cm

(El círculo visceral del Cosmos), 1974 - Perteneciente a la serie “La conquête du Cosmos I” En Le circle viscéral du Cosmos, parte de la serie de 1974 La conquête du Cosmos, en un escenario compuesto por un paisaje desolado que culmina en un fondo recorrido por una lejana cadena de montañas, Dalí construye un ámbito típico donde él coloca sus construcciones surrealistas. El paisaje está poblado por un ser que parece una inmensa serpiente cuya cabeza presenta rasgos humanos. Su extenso cuerpo se repliega sobre sí mismo describiendo una gran espiral que se prolonga en una larga cola; en toda su extensión es sostenido por puntales que se dispersan en la profundidad del paisaje y contribuyen a marcar su magnitud. La cabeza ocupa el primer plano de la obra y con su posición remata el movimiento corporal al tiempo que cierra en forma virtual un círculo. Se inclina sobre su propio cuerpo para morderlo; a la altura de su rostro se deja ver una hendidura de la que posiblemente pronto brotará sangre, como se ve ya en otro sector del cuerpo, donde fluye una corriente curva que gotea sobre el paisaje. Entre esta forma ondulada de serpiente que se desarrolla en el paisaje, se despliega el cielo azul que Dalí trabaja como manchas que acompañan las formas de esta figura monumental.

El artista arma una perspectiva mediante el uso de líneas que se organizan para establecer un desarrollo espacial claro si bien inquietante como imagen. La línea se desarrolla cubriendo la superficie y generando las formas que arman la escena: muchas de ellas son sólo sugerencias, como sucede con el árbol que puede verse a la derecha de la composición, que no es sino una prolongación del trazo de las formas que identificamos como montañas al fondo. Pero este árbol es un elemento importante en la configuración del paisaje. Sirve para completar la composición equilibrándola en el sector derecho, donde su copa presenta un follaje formado por líneas que acentúan las curvas del cuerpo de nuestro personaje, y además es un elemento importante en el manejo del espacio.


Salvador Dalí

Figueras, Cataluña, España, 1904-1989

Salvador Dalí es uno de los grandes protagonistas del arte español y también una figura de reconocimiento internacional. Su personalidad como artista, amplificada por una figura de características especiales que él mismo supo acuñar, ha teñido gran parte del siglo XX. Autor de varios centenares de pinturas y de innumerables dibujos, grabados y esculturas, trabajó también en diseños de muebles, joyas y objetos, escenografías, afiches e ilustraciones de libros. Todo esto lo hace uno de los artistas más prolíficos de la historia. Como grabador se destacó por los 30 aguafuertes para ilustrar Los cantos de Maldoror, del Conde de Lautréamont (1934); las doce litografías para el Quijote, de Miguel de Cervantes (1957), y las cien xilografías en color para la Divina Comedia, de Dante Alighieri (1960). Pero también realizó más de 30 series dedicadas a temas especiales como El Bestiario de La Fontaine, “Carmen”, “Los Caprichos” de Goya, “Los doce Apóstoles”, “Visiones de Chicago”. Desde muy joven, y al mismo tiempo que realizaba sus estudios formales en la Escuela Municipal de dibujo de Figueras, Salvador Dalí trabajó con Joan Nuñez, un grabador que había ganado el Premio de Roma en la especialidad. La inventiva constante e inagotable fue una de las características de este artista. En el caso del grabado, desarrolló técnicas que se potenciaron con los métodos creativos empleados por los surrealistas a los que estaba asociado. Es así como trabajó con la punta seca —una punta metálica que incide dibujando sobre una plancha metálica— e hizo de ella su técnica preferida. Pero la combinó con procedimientos insospechados, a veces con la intención de lograr un tratamiento especial de la plancha. Usó también la litografía aunque no era la que prefería, si bien la emplearía a partir de 1970 apelando a la cromolitografía en planchas que grababa luego con punta seca. Muchas veces recurrió al tachismo, técnica de mancha que los surrealistas tuvieron en gran estima, así como al “grabado automático”, que se relaciona con la escritura automática o de asociación.

Le caducée de Mars nourri par la boule du feu de Jupiter

Punta seca sobre cromolitografía, 74 x 55 cm

(El caduceo de Marte nutrido por la bola de fuego de Júpiter), 1974 - Perteneciente a la serie “La conquête du Cosmos II” Esta obra pertenece a La conquête du Cosmos II, segunda serie que amplia la mitología que Dalí había realizado en la primera. En este caso, el tema son las serpientes del caduceo de Marte, que aparecen sometidas a un procedimiento vivificador emanado del mismo Júpiter. La escena se desarrolla en un paisaje agreste con un horizonte que corta la composición en el centro. En el fondo se ven unas colinas chatas que se complementan con grandes rocas que como berrocales surgen aisladas a la izquierda. Una luz extraña, desde la izquierda, ilumina la escena y genera sombras largas en las rocas.

Las serpientes tienen cabezas que parecen de aves con grandes picos, en una se ve un penacho que imaginamos de pelos o plumas. El cuerpo de una de ellas presenta escamas, tiene una pata o garra y ambas tienen colas de pez como remate. En la escena gritan sometidas al poder del fuego de Júpiter que aparece como una gran bola en el centro de la composición y entre las cabezas de estas serpientes. Los rayos de Júpiter son un poderoso atributo del dios que puede servir para destruir o nutrir, como sucede en esta interpretación del artista. El hecho nutricio provoca una fusión de los protagonistas, que se unen en una herida de la que mana sangre. En el espacio solitario, entre los cuerpos que se cruzan y a lo lejos, puede verse la figura de un caballero que se nos ocurre vestido con armadura y armado con una gran lanza. Extraña imagen que viene a animar esta representación generando asimismo una sombra larga que completa la de las rocas.

Se crea aquí el clima de un sueño, tal vez de una pesadilla aun cuando la presencia del fuego de Júpiter parece ser beneficiosa en la mitología que el artista catalán ha pergeñado.


Roberto Matta Echaurren

Santiago, Chile, 1912- Civitavecchia, Italia, 2002

Roberto Antonio Sebastián Matta Echaurren fue una figura importante y renovadora del surrealismo y también sus ideas influyeron en las corrientes del expresionismo abstracto de los años 1940.Nació en Santiago de Chile en 1912. Egresó como arquitecto de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Chile en 1931. En 1933 partió a París, donde trabajó durante dos años como dibujante en el estudio de Le Corbusier. Recorrió ciudades europeas y estuvo en Londres, donde conoció a Walter Gropius y a Lazlo Moholy- Nagy. En 1937 regrresó a París. Allí trabajó en la realización del pabellón español de la Exposición Universal; conoció a René Magritte, Pablo Picasso y Joan Miró, y por intermedio de Federico García Lorca y Salvador Dalí, a André Breton. En 1938 conoció a Marcel Duchamp, con quien entabló una permanente amistad, se incorporó en el grupo surrealista y participó en la Exposición internacional surrealista. Fue por esta época cuando produjo sus Morfologías psicológicas. En 1939, debido a la Segunda Guerra Mundial, viajó a Nueva York junto con Duchamp e Ives Tanguy. Allí ejercieron enorme influjo en los jóvenes pintores. Matta participó en exposiciones en diferentes lugares de mundo y es un artista internacional reconocido. En 1956 pintó el mural Las dudas de tres mundos, para la UNESCO. En 1968 estuvo en Cuba, donde presidió el Congreso Cultural de la Habana y presentó su documento La guerra interior. Invitado por el presidente chileno Salvador Allende, volvió a Chile en 1970; allí realizó murales junto a otros artistas. En 1990 le fue otorgado el Premio Nacional de Arte de Chile y se organizó una gran retrospectiva de su obra en el Museo de Bellas Artes. En 1992 recibió el Premio Príncipe de Asturias en Madrid. Expuso en Buenos Aires en 1998. Murió en Civitavecchia, Italia, el 23 de noviembre de 2002.

L´Eau o El agua, 1939

Óleo sobre tela, 72 x 90,5 cm

En L´Eau, un plano traslúcido de grises y esmeralda parece ser horadado por grandes huecos que permiten visualizar un mundo interior. Allí se mueven formas informes, plasmas o materia gelatinosa que parecieran ser lo primordial en la gestación de una vida, de un universo, de un mundo. Este primer plano pareciera ser una estructura que soporta profundas oquedades donde conviven transparencias que se componen de líquidos de colores vivos, amarillo, rojo, celeste y violáceos que se mueven en un proceso de eterna regeneración. El verde en el sector superior de la obra y el amarillo, en el inferior sugieren una energía y una moción que se transmite al resto de la composición. Aplicados en mayor superficie, parecen dominar este universo donde otros colores intentan ganar presencia.
Desde el punto de vista técnico L’Eau es el resultado de una serie de investigaciones que el artista realizó interesado por la búsqueda de texturas y, sobre todo, en la cuestión de la aplicación de la capa pictórica. Se trata de resolver problemas de la apariencia de la superficie como los que se traslucen aquí en ciertos pasajes donde el óleo se trabaja muy diluido para lograr diferentes efectos. En algunos casos, como puede verse en nuestra obra, logra tratar la pintura de modo tal que ella asume la característica de una acuarela o de una suave transparencia de capas de colores superpuestos (veladura). Usa también la técnica de quitar pintura con esponja embebida en solventes creando así efectos especiales. También experimenta con la técnica del fumage, que consistía en la aplicación del calor de una vela a una superficie pintada sobre papel o tela para lograr efectos de humo.


Pedro Figari

Montevideo, Uruguay, 1861-1938

En 1886, habiendo cerrado sus estudios de derecho, emprendió un viaje a Europa que se prolongaría por nueve años. En París visitó museos y tomó contacto con el impresionismo. En Venecia concurrió a un taller académico. De regreso en Montevideo, en 1893 fundó el diario El Deber y en 1899 publicó 'Defensa del alférez Enrique Almeida', el sonado caso de un acusado por un asesinato que no había cometido.En 1896 fue diputado por el departamento de Rocha, y por el de Minas en 1899. En 1912 publico su libro Arte, estética, ideal, donde expone sus preocupaciones por un arte regional.En 1915 fue nombrado director de la Escuela de Artes y Oficios de Montevideo, reformó la enseñanza artística proponiendo un sistema antiacadémico de múltiples disciplinas artísticas; es así como introdujo la cerámica, mimbrería y vitrales, explorando e incorporando los motivos de la fauna y flora nacionales, así como también los de la iconografía prehispánica.En 1921 decidió dedicarse exclusivamente a la pintura, se trasladó a Buenos Aires. Pintó incansablemente más de dos mil cartones con motivos nativistas: patios del siglo XIX, damas de peinetón, fiestas, casamientos y velorios, imágenes costumbristas e históricas de la vida colonial, diligencias, ranchos y tipos humanos rioplatenses, como sus famosos negros bailando al son del candombe. Sus cuadros se expusieron en la Galería Müller en 1922. La Galería Druet, de París, le organizó una muestra muy exitosa en 1923, mientras todavía residía en la capital argentina.Fue cofundador de la Asociación Amigos del Arte de Buenos Aires (1924). En 1925 se estableció en París, donde trabajó en su taller de la Place du Panthéon. En octubre de 1927 recibió el cargo de ministro plenipotenciario en Londres, Gran Bretaña; se trasladó a esa ciudad para asumir el cargo un año después.En 1930 obtuvo el Gran Premio de Pintura en el Salón del Centenario (Montevideo) y la Medalla de Oro en la Exposición Iberoamericana de Sevilla.Entre sus obras como escritor se destacan El Arquitecto (1928) e Historia Kiria (1930).

En el patio (Golosinas y bordonas), s. f.

Óleo sobre cartón, 60 x 80 cm

Figari se deleita con la clásica escena de una tertulia en un patio colonial con piso en damero de baldosones negros y blancos. Seis damas con peinetones atienden sus tareas, dos riegan los macetones con flores; una revuelve la olla arriba de un brasero mientras se abanica, está acompañada por un gato negro a sus pies, un perro le ladra y dos sirvientas esperan atentas sus órdenes. Tres damas observan atentas. La única presencia masculina corresponde a un guitarrista que rasga las cuerdas de su instrumento sentado en el borde de la entrada del patio.


Figari puso particular interés en la pared de la casa; dos plantas trepadoras y florecidas avanzan sobre el vano de la puerta y el de la ventana; la puerta tiene un arco escarzano con un marco mixtilíneo y sobre él, un nicho con la figura de una Virgen; la ventana tiene la misma arquitectura y una reja abombada en la parte inferior. El farol encendido y la luna llena en el cielo nos dicen que la escena ocurre en la última claridad del día.


Pedro Figari

Montevideo, Uruguay, 1861-1938

En 1886, habiendo cerrado sus estudios de derecho, emprendió un viaje a Europa que se prolongaría por nueve años. En París visitó museos y tomó contacto con el impresionismo. En Venecia concurrió a un taller académico. De regreso en Montevideo, en 1893 fundó el diario El Deber y en 1899 publicó 'Defensa del alférez Enrique Almeida', el sonado caso de un acusado por un asesinato que no había cometido.En 1896 fue diputado por el departamento de Rocha, y por el de Minas en 1899. En 1912 publico su libro Arte, estética, ideal, donde expone sus preocupaciones por un arte regional.En 1915 fue nombrado director de la Escuela de Artes y Oficios de Montevideo, reformó la enseñanza artística proponiendo un sistema antiacadémico de múltiples disciplinas artísticas; es así como introdujo la cerámica, mimbrería y vitrales, explorando e incorporando los motivos de la fauna y flora nacionales, así como también los de la iconografía prehispánica.En 1921 decidió dedicarse exclusivamente a la pintura, se trasladó a Buenos Aires. Pintó incansablemente más de dos mil cartones con motivos nativistas: patios del siglo XIX, damas de peinetón, fiestas, casamientos y velorios, imágenes costumbristas e históricas de la vida colonial, diligencias, ranchos y tipos humanos rioplatenses, como sus famosos negros bailando al son del candombe. Sus cuadros se expusieron en la Galería Müller en 1922. La Galería Druet, de París, le organizó una muestra muy exitosa en 1923, mientras todavía residía en la capital argentina.Fue cofundador de la Asociación Amigos del Arte de Buenos Aires (1924). En 1925 se estableció en París, donde trabajó en su taller de la Place du Panthéon. En octubre de 1927 recibió el cargo de ministro plenipotenciario en Londres, Gran Bretaña; se trasladó a esa ciudad para asumir el cargo un año después.En 1930 obtuvo el Gran Premio de Pintura en el Salón del Centenario (Montevideo) y la Medalla de Oro en la Exposición Iberoamericana de Sevilla.Entre sus obras como escritor se destacan El Arquitecto (1928) e Historia Kiria (1930).

Nocturno, c. 1917-1921

Óleo sobre cartón, 24 x 38 cm

En esta obra, Figari se ocupa de un rincón campestre en la noche. Una casa simple, cúbica, con una puerta y una ventana, se refleja en un estanque. Algunos sauces llorones dejan caer sus ramas sobre la casa y el agua. Una gran mancha oscura en la izquierda de la escena parece potenciar la oscuridad de la escena. La obra está pintada en un estilo suelto y con abundantes manchas de color, técnica que acusa clara influencia del pintor Pierre Bonnard.


Pedro Figari

Montevideo, Uruguay, 1861-1938

En 1886, habiendo cerrado sus estudios de derecho, emprendió un viaje a Europa que se prolongaría por nueve años. En París visitó museos y tomó contacto con el impresionismo. En Venecia concurrió a un taller académico. De regreso en Montevideo, en 1893 fundó el diario El Deber y en 1899 publicó 'Defensa del alférez Enrique Almeida', el sonado caso de un acusado por un asesinato que no había cometido.En 1896 fue diputado por el departamento de Rocha, y por el de Minas en 1899. En 1912 publico su libro Arte, estética, ideal, donde expone sus preocupaciones por un arte regional.En 1915 fue nombrado director de la Escuela de Artes y Oficios de Montevideo, reformó la enseñanza artística proponiendo un sistema antiacadémico de múltiples disciplinas artísticas; es así como introdujo la cerámica, mimbrería y vitrales, explorando e incorporando los motivos de la fauna y flora nacionales, así como también los de la iconografía prehispánica.En 1921 decidió dedicarse exclusivamente a la pintura, se trasladó a Buenos Aires. Pintó incansablemente más de dos mil cartones con motivos nativistas: patios del siglo XIX, damas de peinetón, fiestas, casamientos y velorios, imágenes costumbristas e históricas de la vida colonial, diligencias, ranchos y tipos humanos rioplatenses, como sus famosos negros bailando al son del candombe. Sus cuadros se expusieron en la Galería Müller en 1922. La Galería Druet, de París, le organizó una muestra muy exitosa en 1923, mientras todavía residía en la capital argentina.Fue cofundador de la Asociación Amigos del Arte de Buenos Aires (1924). En 1925 se estableció en París, donde trabajó en su taller de la Place du Panthéon. En octubre de 1927 recibió el cargo de ministro plenipotenciario en Londres, Gran Bretaña; se trasladó a esa ciudad para asumir el cargo un año después.En 1930 obtuvo el Gran Premio de Pintura en el Salón del Centenario (Montevideo) y la Medalla de Oro en la Exposición Iberoamericana de Sevilla.Entre sus obras como escritor se destacan El Arquitecto (1928) e Historia Kiria (1930).

Pericón en la estancia, s. f.

Óleo sobre cartón, 70 x 100 cm

Dice el musicólogo Carlos Vega: "El pericón es un baile típico de la llanura pampeana. Es una danza muy elegante y era llamado ‘baile de cuatro’, en razón de ser ése el mínimo de parejas necesarias y, también, porque la coreografía de la danza primitiva se componía de sólo cuatro figuras, llamadas, por su orden, demanda o espejo, postrera o alegre, cadena y cielo". En este cartón pintado por Figari las parejas que bailan son ocho, es decir que doblan el mínimo necesario para bailar esta danza colonial. Los gauchos, de rigurosa bombacha de campo, vincha y facón; las damas, de vestido largo, cabello trenzado y pañuelo al cuello. Dos guitarreros están sentados a la derecha de la escena y algunos pocos personajes miran el baile. La diversión tiene lugar cerca del portón de entrada de la estancia. Un árbol tapa la luna llena y el cielo ocupa más de la mitad de la composición. Todo está pintado en una atmósfera calma y casi sin tiempo, lograda con la maestría que Figari imprime a todas sus obras.


Jean-Baptiste Greuze

Tournus, Francia, 1725 - París, Francia, 1805

Fue alumno en Lyon del retratista Grandon. En 1755 llegó a París para ingresar en la Academia. El pintor Louis de Silvestre y el escultor Pigalle apoyaron sus obras y sus primeros trabajos atrajeron la atención de Ange-Laurent de La Live de Jully, un importante coleccionista. Ese mismo año se hizo famoso con “Padre explicando la Biblia a sus hijos”, que presentó en el Salón. Se trataba de una pintura de género que exaltaba las sencillas virtudes de los pobres y ponía acento en la cuestión moral de la educación familiar, que marcaría su producción. El público recibió con entusiasmo sus obras posteriores, como “La novia del pueblo” (1761) y el “Paralítico cuidado por sus hijos” (1763), que también ganaron alabanzas por parte del escritor Denis Diderot. Luego de su intento fallido de ser aceptado en la Academia como pintor de historia, la más alta categoría para los pintores, renunció a participar de las actividades oficiales. Pero presentó sus obras en exposiciones privadas con gran éxito en los años siguientes, cuando su estilo se inclinó hacia composiciones que inciden en la cuestión moralizante. En estos trabajos, formalmente, Greuze se inspiraba en Poussin; eliminaba detalles y acentuaba la descripción de las emociones mediante una marcada gestualidad de rostros y manos. Hacia 1770 era famoso por numerosos grabados hechos a partir de sus obras. Pero también en esos años, y durante las décadas siguientes, cuando las ideas neoclásicas comenzaron a imponerse, pintó obras que se conocen como “estudios de expresión”. Se trata de figuras de jóvenes mujeres de inocente aspecto, y cargadas de sentimentalismo que se representan semivestidas. Si bien estos trabajos tuvieron gran repercusión y se copiaron en gran escala, las ideas de la Revolución movieron al público hacia otros intereses, por lo que Greuze se sumió en la pobreza y el olvido. Ocasionalmente recibió encargos de Napoleón y su círculo.

Dama con atuendo de caza, s. f.

Óleo sobre tela, 44 x 36 cm

Las dos pinturas de jóvenes mujeres de Jean-Baptise Greuze que integran esta Colección componen claramente un pendant: ambas se relacionan por su encuadre y tratamiento pictórico, además por su composición, que las coloca una vuelta hacia la derecha y la otra, hacia la izquierda, estableciendo una suerte de conversación entre sí. Atribuido a Jean-Baptiste Greuze, el par bien puede ser una muestra de retratos historiados; esto es aquellas obras donde los retratados asumen el papel de un personaje mitológico o histórico. En algunos casos, esta fórmula ha sido usada para representar dos personas seguramente relacionadas familiarmente —hermanos, madre e hijo, etc.—, quienes tomarán de los personajes de referencia sus características principales, especialmente aquellas que tienen que ver con sus cualidades en común con éstos. En nuestro caso, el pendant presenta dos mujeres con atuendo campestre que nos permite asumir que se trata de dos pastoras de la Arcadia, tema cuya evocación era corriente en el siglo XVIII europeo.

La anatomía de estas dos figuras ha sido lograda a partir de una construcción que acentúa la volumetría de sus formas, algo que puede verse en otros dibujos del artista.

Como otras figuras femeninas de Greuze, las mujeres de nuestras obras se distinguen por el tratamiento de color en las carnaciones y los ropajes, que se armonizan en tonos que van del rosado al rojo contrastado con amarillos, ocres y blancos que se recortan contra los fondos oscuros. Las carnaciones están logradas con una técnica pictórica que produce una superficie tersa y transparente que se enriquece con los tonos del rubor que cubre las mejillas, el rosado de los labios y las suaves sombras con que se modelan estos dos bustos. Por su lado, el tratamiento de los paños se vale de expresar grandes pliegues que se remarcan con reflejos de brillos como de seda.


Jean-Baptiste Greuze

Tournus, Francia, 1725 - París, Francia, 1805

Fue alumno en Lyon del retratista Grandon. En 1755 llegó a París para ingresar en la Academia. El pintor Louis de Silvestre y el escultor Pigalle apoyaron sus obras y sus primeros trabajos atrajeron la atención de Ange-Laurent de La Live de Jully, un importante coleccionista. Ese mismo año se hizo famoso con “Padre explicando la Biblia a sus hijos”, que presentó en el Salón. Se trataba de una pintura de género que exaltaba las sencillas virtudes de los pobres y ponía acento en la cuestión moral de la educación familiar, que marcaría su producción. El público recibió con entusiasmo sus obras posteriores, como “La novia del pueblo” (1761) y el “Paralítico cuidado por sus hijos” (1763), que también ganaron alabanzas por parte del escritor Denis Diderot. Luego de su intento fallido de ser aceptado en la Academia como pintor de historia, la más alta categoría para los pintores, renunció a participar de las actividades oficiales. Pero presentó sus obras en exposiciones privadas con gran éxito en los años siguientes, cuando su estilo se inclinó hacia composiciones que inciden en la cuestión moralizante. En estos trabajos, formalmente, Greuze se inspiraba en Poussin; eliminaba detalles y acentuaba la descripción de las emociones mediante una marcada gestualidad de rostros y manos. Hacia 1770 era famoso por numerosos grabados hechos a partir de sus obras. Pero también en esos años, y durante las décadas siguientes, cuando las ideas neoclásicas comenzaron a imponerse, pintó obras que se conocen como “estudios de expresión”. Se trata de figuras de jóvenes mujeres de inocente aspecto, y cargadas de sentimentalismo que se representan semivestidas. Si bien estos trabajos tuvieron gran repercusión y se copiaron en gran escala, las ideas de la Revolución movieron al público hacia otros intereses, por lo que Greuze se sumió en la pobreza y el olvido. Ocasionalmente recibió encargos de Napoleón y su círculo.

Dama con cinta roja, s. f.

Óleo sobre tela, 44 x 36 cm

Las dos pinturas de jóvenes mujeres de Jean-Baptise Greuze que integran esta Colección componen claramente un pendant: ambas se relacionan por su encuadre y tratamiento pictórico, además por su composición, que las coloca una vuelta hacia la derecha y la otra, hacia la izquierda, estableciendo una suerte de conversación entre sí. Atribuido a Jean-Baptiste Greuze, el par bien puede ser una muestra de retratos historiados; esto es aquellas obras donde los retratados asumen el papel de un personaje mitológico o histórico. En algunos casos, esta fórmula ha sido usada para representar dos personas seguramente relacionadas familiarmente —hermanos, madre e hijo, etc.—, quienes tomarán de los personajes de referencia sus características principales, especialmente aquellas que tienen que ver con sus cualidades en común con éstos. En nuestro caso, el pendant presenta dos mujeres con atuendo campestre que nos permite asumir que se trata de dos pastoras de la Arcadia, tema cuya evocación era corriente en el siglo XVIII europeo.

La anatomía de estas dos figuras ha sido lograda a partir de una construcción que acentúa la volumetría de sus formas, algo que puede verse en otros dibujos del artista.

Como otras figuras femeninas de Greuze, las mujeres de nuestras obras se distinguen por el tratamiento de color en las carnaciones y los ropajes, que se armonizan en tonos que van del rosado al rojo contrastado con amarillos, ocres y blancos que se recortan contra los fondos oscuros. Las carnaciones están logradas con una técnica pictórica que produce una superficie tersa y transparente que se enriquece con los tonos del rubor que cubre las mejillas, el rosado de los labios y las suaves sombras con que se modelan estos dos bustos. Por su lado, el tratamiento de los paños se vale de expresar grandes pliegues que se remarcan con reflejos de brillos como de seda.


Gustav Klimt

Baumgarten, Austria, 1862 - Viena, Austria, 1918

Hijo de Ernst, un grabador llegado de Bohemia, Gustave Klimt estudió en la Escuela de Artes Aplicadas del Museo Imperial Austríaco de Arte e Industria de Viena (1876-1883). Junto a su hermano Ernst y a Franz Martsch organizó el taller “Compañía de artistas” que realizó, entre otros, los decorados del Museo de Historia del Arte (Kunsthistorisches Museum) de Viena en 1891. En 1894, Klimt recibió el encargo de los Cuadros de Facultades (que tras varios inconvenientes terminó en 1907). En 1897, ante la disolución de la Asociación de Artistas Plásticos de Viena, fundó la Secession vienesa junto a Joseph Maria Olbrich y Josef Hoffman. En la XIV exposición de la institución realizó el friso Beethoven (1902) y en la XVIII (1903) intervino con 80 obras. Ese año renunció a la Secesión y viajó a Ravena y Florencia. En 1906, la Real Academia Bávara de Artes Plásticas lo nombró miembro de honor; en 1907 expuso en Viena y Berlín. En 1908, la Galería Estatal compró su obra El beso y obtuvo la Medalla de Oro con Las tres edades. En 1910 participó de la Bienal de Venecia y al año siguiente obtuvo el primer premio en la Exposición Internacional de Roma. En 1917, la Academia de Artes Plásticas de Viena lo distinguió como miembro de honor. Murió el 6 de febrero de 1918. La obra de Klimt fue valorada póstumamente. Si bien obtuvo algunos premios, su papel en la plástica austríaca e internacional sólo ha sido reconocido en la segunda mitad de siglo XX; recién entonces comenzó a apreciarse su primer estilo, influido por Edgard Burne-Jones, Lawrence Alma Tadema y el arte japonés, y fue posible entender mejor los cambios que sufrió su obra luego del viaje a Italia de 1903. En relación con su producción, se valoró el papel que jugó en el mundo de las artes aplicadas y también en relación a otros artistas como Egon Schiele (1890-1918) y Oscar Kokoschka (1886-1980).

Figura femenina, s. f.

Lápiz sobre papel, 56,5 x 37 cm

La obra Figura femenina es un dibujo típico de los que Gustav Klimt realizaba cuando comenzaba a trabajar en un retrato, tema que ocupó gran parte de su obra. El dibujo nos enfrenta con una figura sentada, con el torso erguido y la cabeza ligeramente girada hacia su derecha, que mira directamente al observador. Une las manos sobre su regazo y sostiene algo con la derecha, tal vez un abanico o una pequeña cartera. Resulta interesante observar que este dibujo preparatorio nos presenta una visión concluida de la pose y la actitud de la retratada, así como detalles de su ropaje, e incluso —por los grafismos que aparecen en el asiento— nos invita a suponer una superficie rica en bordados que la convierten en un tapiz de colorido diseño. Volviendo a la figura, se destacan los ojos claros de la retratada y el gesto de su boca. El largo cuello se realza en la pose elegida para este retrato, y el artista lo destaca con un escote amplio que aparece corregido: una suave línea de uno más cerrado denuncia el pentimento que está destinado a generar una base de sustento para la construcción cuello y cabeza. Otros cambios se ven en los brazo; el derecho es realizado sin problema y a partir de una primera línea traza la definitiva mientras que el izquierdo presenta varias líneas que se repasan mostrando cierta incertidumbre. Algo similar sucede con lo que esta señora sostiene en su mano derecha, cuya definición aún no ha sido lograda. Pero a pesar de lo que señalamos, el dibujo se muestra como un retrato cuya pose ya fue definida. Pensamos que este tipo de solución ha sido seguramente el resultado de una observación cuidadosa por parte del artista, realizada posiblemente por algún tiempo prolongado, que le permite concretar con un dibujo rápido y seguro una imagen acabada.


Stephen Robert Koekkoek

Londres, Inglaterra, 1887 - Chile, 1934

Nació en Londres el 15 de octubre de 1887, hijo de Hermanus Koekkoek (1836-1909), miembro de una familia de pintores holandeses que había emigrado a Inglaterra en 1869. No se conocen detalles de la educación de Stephen, pero se supone que tuvo alguna formación en arte. En 1916 expuso en Buenos Aires, y esta será el comienzo de una serie de muestras que realizó no solo en la capital argentina sino también en diversas ciudades del interior del país (Bahía Blanca, Córdoba, San Miguel de Tucumán, Salta, Mendoza, Rosario, Chivilcoy, Concordia, Gualeguay, Pergamino, Azul, Paraná, Santa Fe, Mercedes, La Plata. Su vida estuvo caracterizada por una actitud bohemia de libertad y desprendimiento que lo convierten en un personaje curioso en el que se ve al artista incomprendido por la sociedad. En marzo de 1926, tras un episodio policial, fue internado en un hospital para enfermos mentales durante tres meses. La enfermedad no redujo su actividad artística, que por el contrario se intensificó por necesidades económicas. En 1930 participó en el XII Salón de Rosario, única intervención oficial del artista, ciudad a la que se mudó en 1933. Sus pinturas se caracterizan por un gran empaste. Con esto logra diferentes texturas organizadas a través de una paleta reducida que se enriquece con toques de color. Ello le permiten traducir efectos de luces y sombras, de brumas, de reflejos y contrastes. Si bien su tema principal fue el paisaje, pintó también naturalezas muertas y retratos. Murió en Chile, el 20 de diciembre, a los 47 años.

Barcas, s. f.

Óleo sobre tela, 75 x 85 cm

En alrededor de 10 mil se ha calculado las pinturas realizadas por Stephen Koekkoek, artista que residió la mayor parte de su vida productiva en nuestro país. El paisaje fue el género que trató con preferencia, encarándolo en sus diversas variedades.

En Barcas la representación del agua corresponde a la mayor parte de la obra. Horizonte y cielo han sido reducidos a una mínima expresión, una angosta faja que pareciera ser sólo una parte de una obra que ha sido fragmentada.

En una superficie de agua, la gran onda producida por una barca parece ser el tema. La onda cubre más de la mitad de la obra y se mueve encerrando la barca en la que algunas figuras se ocupan de actividades cuya naturaleza no conocemos ni podemos intuir. Detrás de ella se agrupan otras, que también se mueven ligeramente a causa de la onda.

La faja de tierra es aún más sugerente; con sus diferentes formas sumidas en una bruma donde se destacan ciertos reflejos, el pequeño sector es un complemento ideal para las barcas que se mueven en el plano medio de la obra. Koekkoek ha creado una atmósfera densa en la costa, que se complementa con el agua del extenso primer plano, que por su color y por el dibujo de sus ondas pareciera también ser espesa y pesada. Genera así el artista un clima especial en su paisaje portuario, en el que no ha olvidado hacer jugar luces y reflejos como la mancha amarilla que se ve arriba a la derecha y las otras que surgen de la onda protagonista.


Joaquim de Miró i Argenter

Sitges, Cataluña, España, 1849-1914

Nació en Sitges, Cataluña, España, el 3 de febrero de 1849. Son escasos los datos que poseemos de este artista. Fue hermano de Josep de Miró i Argenter, el héroe de la independencia cubana. Se supone que no tuvo formación artística formal. En 1877 ayudó a Joan Soler i Casanovas en la decoración del Casino Prado de su ciudad natal. Su obra, especialmente aquella producida entre 1880 y 1910, se dedicó a la vida urbana local, eligiendo escenas callejeras o de patios interiores de las casas así como de sus playas. También pintó vistas de ciudades del norte de África, destacando su colorido y su pintoresquismo. Su interés por la luz lo llevó a sumarse al grupo de artistas que trabajaron en Sitges y que se conocen como los luministas. Fue maestro de Agustín Ferrer y de su sobrino Joaquim Sunyer i de Miró, máximo representante del noucentisme catalán. Figuró en la Exposición de Bellas Artes de Barcelona en 1888, 1894 y 1896. Murió en 18 de febrero de 1914.

Pescadores, s. f.

Óleo sobre tabla, 23 x 28,5 cm

La composición de la obra está dominada por la vela, inflada por la brisa, que describe un gran diagonal que cruza casi toda la tela cortando con su blancura el azul profundo del cielo. Este se convierte en un protagonista que entra en competencia con el tercio inferior dedicado a la playa y al mar que culmina en el horizonte. Allí se concentra la actividad motivada por la barca arribada y enriquecida por una figura que, abajo a la izquierda, en el primer plano de la obra, se aproxima al grupo principal. Esta figura, junto al oleaje del mar, una barca que se recorta contra el horizonte y algunas pequeñas nubes, son elementos que ponen una nota de dinamismo en la composición. La figura solitaria mencionada sirve como un punto destacado que completa la forma de huso que acusa la vela, y que provoca un claro contraste con las líneas rectas de la obra, especialmente la que marca el horizonte.
En este estudio, el artista ha empleado una técnica pictórica de una pincelada ruda, cargada de materia que deja su impronta y sirve para enfatizar las formas en la obra, como puede verse especialmente en el caso del mar, donde sugiere el movimiento de las olas o el de las pasturas que se ven el terreno de la costa. En el cielo, estas pinceladas se ciernen sobre la vela, marcando su presencia fundamental en el paisaje.
Otra característica saliente de este trabajo es la luz. Miró plantea su presencia como un elemento importante en la obra, ya que sirve para destacar las formas, pero por sobre todo para crear un clima fresco y colorido.


Auguste Rodin

París, Francia, 1840 - Meudon, Francia, 1917

Nació el 12 de noviembre de 1840 en París, Francia. Desde niño manifestó vocación por el dibujo. A los 14 años ingresó a la École Impérial de Dessin et de Mathématiques, llamada “La Petite École”. En 1857 intentó vanamente ingresar en la École des Beaux-Arts. Trabajó como ayudante de escultores y marmoleros dedicados a realizar ornamentos, entre ellos Constant Simon, a quien reconoció como su maestro en modelado. En 1863 instaló su primer atelier y comenzó El hombre de la nariz quebrada, que presentó al Salón y fue rechazada. Conoció ese año a Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875). En 1864 estudió con Antoine- Louis Barye (1795-1875) en el Museo de Historia Natural; ingresó al taller de porcelanas de Sèvres dirigido por Albert-Ernest Carrier-Belleuse (1824-1887), donde trabajó durante seis años. En 1872 trabajó en Bruselas ayudando a Carrier-Belleuse, que trabajaba en las esculturas para el edificio de la Bolsa. En 1875 participó del Salón de los Artistas en París y realizó un viaje a Italia, donde visitó Florencia, Siena, Roma, Nápoles y Venecia. En 1876 comenzó a trabajar en su primera gran escultura L’Age d’Airain (La Edad del Bronce), que terminó y expuso en 1877. En 1880 envió al Salón La Edad de Bronce, obra que obtuvo medalla de bronce y fue comprada por el gobierno. Recibió entonces el encargo oficial de Las puertas del Infierno para el Museo de Arte Decorativo, proyecto nunca concluido que lo ocupó el resto de su vida. En 1883 conoció a Camille Claudel, que fue su alumna, modelo y amante. En 1894, la Argentina le encargó el Monumento al Presidente Sarmiento que se inauguró en Buenos Aires en 1900 con desfavorable reacción del público y la crítica. Posteriormente realizó los monumentos a Balzac (1897) y a Víctor Hugo (1909). Entre sus discípulos se incluyen Antoine Bourdelle (1861–1929) y Charles Despiau (1874–1946). En 1916 Rodin dejó sus obras al Estado francés. Murió en Meudon, Francia, en 1917.

L´Age d´Airain (La Edad de Bronce), 1875-76

Bronce, pátina negra, 101,5 x 32 x 27 cm

L´Age d´Airain es un bronce de tamaño natural que Rodin había comenzado en octubre de 1875 y continuado luego del viaje que realizó a Italia. En Florencia se deslumbró con el trabajo de Miguel Ángel, al que estudió intensamente. Influencia que se aprecia en el modelado de la figura así como en la pose. La figura levanta su brazo derecho para tocar su cabeza ligeramente elevada, el izquierdo se dobla con un gesto que se resume en el puño cerrado; dobla su pierna derecha para descansar todo su peso sobre la izquierda. Rodin plantea un juego de miembros cuyos movimientos se oponen sutilmente, aplicando una fórmula italiana —contraposto— que Miguel Ángel había usado para alguna de sus obras. Estos movimientos resultan en una figura que muestra una expresión que deja ver una carga de ira y resignación contenidas. Esa idea era la que expresa su primer titulo Le Vaincu (El vencido) y se piensa que fue un homenaje a los soldados que habían actuado en la guerra franco-prusiana de 1870. L’Age d’Airain es una de las obras de Rodin de las que se han realizado incontables versiones. Además de los ejemplares que se realizaron a partir de la original, cuyas dimensiones son 175,3 x 67,5 x 52,9 cm., se fundieron ejemplares a partir de ejemplares de taller de menor tamaño como la nuestra (101,5 x 32 x 27 cm), además de una tercera versión cuya altura es de 64,4 cm.


Auguste Rodin

París, Francia, 1840 - Meudon, Francia, 1917

Nació el 12 de noviembre de 1840 en París, Francia. Desde niño manifestó vocación por el dibujo. A los 14 años ingresó a la École Impérial de Dessin et de Mathématiques, llamada “La Petite École”. En 1857 intentó vanamente ingresar en la École des Beaux-Arts. Trabajó como ayudante de escultores y marmoleros dedicados a realizar ornamentos, entre ellos Constant Simon, a quien reconoció como su maestro en modelado. En 1863 instaló su primer atelier y comenzó El hombre de la nariz quebrada, que presentó al Salón y fue rechazada. Conoció ese año a Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875). En 1864 estudió con Antoine- Louis Barye (1795-1875) en el Museo de Historia Natural; ingresó al taller de porcelanas de Sèvres dirigido por Albert-Ernest Carrier-Belleuse (1824-1887), donde trabajó durante seis años. En 1872 trabajó en Bruselas ayudando a Carrier-Belleuse, que trabajaba en las esculturas para el edificio de la Bolsa. En 1875 participó del Salón de los Artistas en París y realizó un viaje a Italia, donde visitó Florencia, Siena, Roma, Nápoles y Venecia. En 1876 comenzó a trabajar en su primera gran escultura L’Age d’Airain (La Edad del Bronce), que terminó y expuso en 1877. En 1880 envió al Salón La Edad de Bronce, obra que obtuvo medalla de bronce y fue comprada por el gobierno. Recibió entonces el encargo oficial de Las puertas del Infierno para el Museo de Arte Decorativo, proyecto nunca concluido que lo ocupó el resto de su vida. En 1883 conoció a Camille Claudel, que fue su alumna, modelo y amante. En 1894, la Argentina le encargó el Monumento al Presidente Sarmiento que se inauguró en Buenos Aires en 1900 con desfavorable reacción del público y la crítica. Posteriormente realizó los monumentos a Balzac (1897) y a Víctor Hugo (1909). Entre sus discípulos se incluyen Antoine Bourdelle (1861–1929) y Charles Despiau (1874–1946). En 1916 Rodin dejó sus obras al Estado francés. Murió en Meudon, Francia, en 1917.

Le modele nu, s. f.

Acuarela y trazos de grafito sobre papel, 35 x 20 cm

Sabemos que, antes de ser escultor, la vocación artística de Rodin se manifestó a través de su interés por el dibujo.


Por un lado, lo consideraba el medio para entender y manifestar diversas problemáticas humanas. Por otro, era la mejor manera de examinar formalmente esos problemas que luego trabajaría en sus esculturas. Le modele nu y Nu féminin parten de la observación de una modelo que pareciera moverse libremente en el taller, pero que pensamos que ha posado para el artista. En el primer caso, sostiene un paño que cubre parcialmente el lado izquierdo de su cuerpo, éste se acomoda describiendo una línea sinuosa que remata en la mancha del pelo en su cabeza. Realizado en acuarela sobre trazos de grafito, interesa destacar el juego de la mancha en este dibujo. El artista trabaja la figura con sus tonos de carne logrando luces y sombras mediante diversos pasajes y la destaca luego rodeándola de manchas violetas con las que crea sombras en diferentes sectores o destaca algún sector, como sucede con el pelo.


En el caso de Nu féminin el trabajo es muchos más sintético y la aplicación de la acuarela ha sido realizada con gran suavidad. Define la figura con los trazos de grafito y luego aplica la acuarela. En el cuerpo acentúa las formas mediante transparencias que resultan de la aplicación de color de base al que luego aplica un lavado de otro color. Antes que de un lavado se trata de una mancha hábilmente trabajada sobre la superficie húmeda de la capa anterior.


Auguste Rodin

París, Francia, 1840 - Meudon, Francia, 1917

Nació el 12 de noviembre de 1840 en París, Francia. Desde niño manifestó vocación por el dibujo. A los 14 años ingresó a la École Impérial de Dessin et de Mathématiques, llamada “La Petite École”. En 1857 intentó vanamente ingresar en la École des Beaux-Arts. Trabajó como ayudante de escultores y marmoleros dedicados a realizar ornamentos, entre ellos Constant Simon, a quien reconoció como su maestro en modelado. En 1863 instaló su primer atelier y comenzó El hombre de la nariz quebrada, que presentó al Salón y fue rechazada. Conoció ese año a Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875). En 1864 estudió con Antoine- Louis Barye (1795-1875) en el Museo de Historia Natural; ingresó al taller de porcelanas de Sèvres dirigido por Albert-Ernest Carrier-Belleuse (1824-1887), donde trabajó durante seis años. En 1872 trabajó en Bruselas ayudando a Carrier-Belleuse, que trabajaba en las esculturas para el edificio de la Bolsa. En 1875 participó del Salón de los Artistas en París y realizó un viaje a Italia, donde visitó Florencia, Siena, Roma, Nápoles y Venecia. En 1876 comenzó a trabajar en su primera gran escultura L’Age d’Airain (La Edad del Bronce), que terminó y expuso en 1877. En 1880 envió al Salón La Edad de Bronce, obra que obtuvo medalla de bronce y fue comprada por el gobierno. Recibió entonces el encargo oficial de Las puertas del Infierno para el Museo de Arte Decorativo, proyecto nunca concluido que lo ocupó el resto de su vida. En 1883 conoció a Camille Claudel, que fue su alumna, modelo y amante. En 1894, la Argentina le encargó el Monumento al Presidente Sarmiento que se inauguró en Buenos Aires en 1900 con desfavorable reacción del público y la crítica. Posteriormente realizó los monumentos a Balzac (1897) y a Víctor Hugo (1909). Entre sus discípulos se incluyen Antoine Bourdelle (1861–1929) y Charles Despiau (1874–1946). En 1916 Rodin dejó sus obras al Estado francés. Murió en Meudon, Francia, en 1917.

Le modele nu, s. f.

Acuarela y trazos de grafito sobre papel, 35 x 20 cm

Sabemos que, antes de ser escultor, la vocación artística de Rodin se manifestó a través de su interés por el dibujo.

Por un lado, lo consideraba el medio para entender y manifestar diversas problemáticas humanas. Por otro, era la mejor manera de examinar formalmente esos problemas que luego trabajaría en sus esculturas. Le modele nu y Nu féminin parten de la observación de una modelo que pareciera moverse libremente en el taller, pero que pensamos que ha posado para el artista. En el primer caso, sostiene un paño que cubre parcialmente el lado izquierdo de su cuerpo, éste se acomoda describiendo una línea sinuosa que remata en la mancha del pelo en su cabeza. Realizado en acuarela sobre trazos de grafito, interesa destacar el juego de la mancha en este dibujo. El artista trabaja la figura con sus tonos de carne logrando luces y sombras mediante diversos pasajes y la destaca luego rodeándola de manchas violetas con las que crea sombras en diferentes sectores o destaca algún sector, como sucede con el pelo.

En el caso de Nu féminin el trabajo es muchos más sintético y la aplicación de la acuarela ha sido realizada con gran suavidad. Define la figura con los trazos de grafito y luego aplica la acuarela. En el cuerpo acentúa las formas mediante transparencias que resultan de la aplicación de color de base al que luego aplica un lavado de otro color. Antes que de un lavado se trata de una mancha hábilmente trabajada sobre la superficie húmeda de la capa anterior.


Auguste Rodin

París, Francia, 1840 - Meudon, Francia, 1917

Nació el 12 de noviembre de 1840 en París, Francia. Desde niño manifestó vocación por el dibujo. A los 14 años ingresó a la École Impérial de Dessin et de Mathématiques, llamada “La Petite École”. En 1857 intentó vanamente ingresar en la École des Beaux-Arts. Trabajó como ayudante de escultores y marmoleros dedicados a realizar ornamentos, entre ellos Constant Simon, a quien reconoció como su maestro en modelado. En 1863 instaló su primer atelier y comenzó El hombre de la nariz quebrada, que presentó al Salón y fue rechazada. Conoció ese año a Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875). En 1864 estudió con Antoine- Louis Barye (1795-1875) en el Museo de Historia Natural; ingresó al taller de porcelanas de Sèvres dirigido por Albert-Ernest Carrier-Belleuse (1824-1887), donde trabajó durante seis años. En 1872 trabajó en Bruselas ayudando a Carrier-Belleuse, que trabajaba en las esculturas para el edificio de la Bolsa. En 1875 participó del Salón de los Artistas en París y realizó un viaje a Italia, donde visitó Florencia, Siena, Roma, Nápoles y Venecia. En 1876 comenzó a trabajar en su primera gran escultura L’Age d’Airain (La Edad del Bronce), que terminó y expuso en 1877. En 1880 envió al Salón La Edad de Bronce, obra que obtuvo medalla de bronce y fue comprada por el gobierno. Recibió entonces el encargo oficial de Las puertas del Infierno para el Museo de Arte Decorativo, proyecto nunca concluido que lo ocupó el resto de su vida. En 1883 conoció a Camille Claudel, que fue su alumna, modelo y amante. En 1894, la Argentina le encargó el Monumento al Presidente Sarmiento que se inauguró en Buenos Aires en 1900 con desfavorable reacción del público y la crítica. Posteriormente realizó los monumentos a Balzac (1897) y a Víctor Hugo (1909). Entre sus discípulos se incluyen Antoine Bourdelle (1861–1929) y Charles Despiau (1874–1946). En 1916 Rodin dejó sus obras al Estado francés. Murió en Meudon, Francia, en 1917.

Desnudo, s. f.

Grafito y aguada sobre papel, 31,5 x 24 cm

Conocemos dibujos de Rodin que representan sus propias esculturas. En muchos casos se trata de dibujos realizados no como estudios preparatorios sino como registro de las obras o bien para asistir a los grabadores que debían preparar las ilustraciones de catálogos. Pero en su mayoría son estudios de figuras que servían al autor como una práctica en su manera de ver y concebir sus esculturas. Tal es el caso de este desnudo femenino que se repliega sobre sí mismo describiendo una curva blanda y seductora (características que se ven acentuadas aquí por el material empleado en el dibujo). Una línea suave y neta sirve para definir la figura que se completa con sombras realizadas con una leve aguada.


J. M. William Turner

Londres, Inglaterra, 1775 - Chelsea, Inglaterra, 1851

Joseph Mallord William Turner nació en Londres en 1775. Su genio se manifestó precozmente: sus primeros dibujos firmados, copias de grabados, son de 1787.Comenzó sus estudios con el dibujante Thomas Malton y en 1789 fue admitido en la Royal Academy School de Londres. A partir de ese año comenzó a realizar sus álbumes con vistas de Londres y paisajes de sus alrededores. Desde 1799, el reconocimiento del público comenzó a incrementar, al igual que los encargos de sus obras. En 1803 inauguró una galería en su propia casa de Londres para realizar sus propias exhibiciones. En 1807 publicó el primer volumen de su Liber Studiorum, un manual ilustrado con sus grabados sobre pintura de paisaje. Ese mismo año, fue nombrado profesor de perspectiva en la Royal Academy, donde dio clases de manera ininterrumpida hasta 1828. En 1823, el rey Jorge IV le encargó una gran pintura sobre la batalla de Trafalgar para el palacio de St. James en Londres, tela que recibió grandes críticas. El escritor John Ruskin, gran coleccionista de su obra, defendió al pintor en su libro Pintores modernos, publicado en 1843, afirmando la superioridad de los artistas paisajistas modernos 'entre ellos Turner' por sobre los antiguos.En 1843 estudió la Teoría de los colores de Goethe y la aplicó en sus pinturas. En 1845, debido a la enfermedad del presidente de la Royal Academy, ejerció ese cargo durante casi un año. A esa época corresponden los últimos viajes que el artista realizó.Entre 1819 y 1820 viajó por primera vez a Italia y visitó las ciudades de Milán, Venecia, Florencia, Roma, Nápoles, Sorrento y Paestum. Volverá a Italia en sucesivos viajes realizados en 1828, 1833, 1840 y 1843. Sus últimos años, aquejado por problemas de salud y con dificultades para pintar, transcurrieron en la residencia que el artista adquirió en 1846, ubicada en un suburbio londinense. Murió el 19 de diciembre de 1851.

Juliet and her Nurse (Julieta y su aya), 1836

Óleo sobre tela, 88 x 121 cm

En Juliet and her Nurse, Joseph Mallord William Turner presenta una imagen de la piazza central y la zona oeste de Venecia vista desde las alturas del extremo oeste del Procuratie Nuove, lindante con los techos del Hotel Europa, donde se alojaba. En el centro se encuentran el Campanile y la Basílica de San Marco, con la extraña blancura casi fantasmal de las cúpulas acentuada por los ladrillos rojos de la torre. A la derecha está el distintivo plano superior del Palazzo Ducale, que en la representación de Turner aparece un tanto comprimido. El edificio a la derecha con cúpula atenuada es la Zezza, o La Casa de la Moneda. Justo arriba, con dos pinceladas, Turner describe las famosas columnas del León de San Marco y San Teodoro, erguidos en la Piazzetta. Desde ahí se extiende en la distancia el pavimiento de la Riva degli Schiavoni, bordeada por numerosos barcos. A la derecha, los fuegos artificiales estallan en el aire por encima de las naves más importantes amarradas en el puerto, al lado de la iglesia San Giorgio Maggiore, de Palladio. En la plaza misma, una muchedumbre festeja el Carnaval, con su atención dividida entre los músicos, los espectáculos de títeres y los estallidos, tal vez más de luz que de fuegos artificiales, al lado del café de Florian.
Ésta es una escena nocturna en la que el fuego irrumpe en la oscuridad, cautivando a los espectadores. Varios expertos suponen que Turner empleaba estos dispositivos a fin de explotar la conocida comparación entre la gloria de Venecia en el pasado, regida por la ley austríaca, y la Londres de su época.
El título del cuadro invoca la obra Romeo y Julieta de Shakespeare, y cabe suponer que la Piazza festiva remplaza al baile de los Capuleto. Un joven John Ruskin (1819-1900), quien más adelante llegaría a ser un escritor muy influyente en el tema del arte y la sociedad en el mundo, se encontraba entre quienes asumieron el desafío de defender la iconografía de Turner, incluyendo las incongruencias topográficas en su representación de Venecia. Finalmente, no hace falta que el cuadro tenga apologistas, ya que, entre las obras de la segunda mitad de la producción de Turner, es una de las telas más evocativas, con un clima fascinante: la contundente combinación de una perspectiva dinámica con estallidos puntuales de luz se manifiesta claramente.


Manolo Valdés

Valencia, España, 1942

Nació en Valencia, España el 8 de marzo de 1942. En 1957 inició sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de su ciudad natal. Dos años después los abandonó para dedicarse por completo al ejercicio de la pintura.En 1964, junto a Joan Toledo y Rafael Solbes, formó el grupo Equipo Crónica. El primero abandonó el grupo en 1965, pero Valdés y Solbes continuaron durante diecisiete años, hasta la muerte de éste, en 1981.La historia del arte y la obra de algunos de sus grandes protagonistas siempre han constituido su principal interés. En su serie Las Meninas, por ejemplo, ofrece una interpretación contemporánea de Velásquez, al tiempo que establece también conexiones con Pablo Picasso. Rembrandt, Rubens y José de Ribera, además de artistas contemporáneos como Henri Matisse y Fernand Léger, han sido el centro de algunas de sus composiciones.Manolo Valdés ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas. En Buenos Aires expuso en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1998. Recibió diversos premios, entre ellos se cuentan el Premio Lissone y el Biella, ambos en Milán en 1965; la Medalla de Plata de la II Bienal Internacional de Grabados de Tokio, en 1979 y, en el mismo año, obtuvo el Premio Lis´79 del Museo de Arte de Bridgestone de Lisboa. En 1984 recibió el Premio Alfons Roig de Valencia y en 1985 el Premio Nacional de Bellas Artes de España. En 1986 le concedieron la Medalla de la Bienal del Festival Internacional de Artistas Plásticos de Bagdag. En 1993 fue condecorado por la República de Venezuela con la Orden de Andrés Bello en la clase de Banda de Honor.

Eva I (con Manzana), 1991

Grabado sobre papel hecho a mano, 178 x 75 cm

Fundador del Equipo Crónica, Manolo Valdés es un artista que trabaja a partir de ciertas imágenes del pasado a las que transforma buscando incidir de modo directo sobre el observador. Sus obras presentan aspectos que han llevado a vincularlo con la estética del arte pop, pero que, sin embargo, creemos, va mucho mas allá de esto, pues procura cumplir con un compromiso plástico que se vincula con la resignificación de una obra.
Las dos Evas de nuestra Colección muestran el mencionado interés del artista por el arte del pasado. De él se sirve no como inspiración sino como punto de partida, son formas que toma y procesa según sus propios intereses. En este caso, las dos figuras femeninas pueden reconocerse fácilmente como procedentes de obras realizadas por el artista alemán Lucas Cranach el Viejo, quien trabajó en el siglo XVI.
En el caso de Eva I, se trata de la Eva que aparece en el díptico de Adán y Eva, que se halla hoy en la Galería de los Oficios en Florencia. De allí, Valdés toma la figura femenina a la que recrea: la invierte y la despoja de toda alusión a su papel como Eva, tal como sucede con la rama con manzana con que la figura aparece en el original. La rama es sustituida por un plano con flores. De este modo, Eva se transforma, pierde aquí su primitivo papel representado por la manzana para convertirse en un personaje completamente diferente, que es un arquetipo femenino que ahora asume una nueva función.
Algo similar sucede en relación a Eva II, donde el referente es una figura de Venus, tema que Cranach trató en diversas ocasiones. En este caso creemos que se trata de aquella Venus con Cupido que roba panales, obra que se halla en la Galería Borghese de Roma.
Ambas obras son imágenes importantes y reconocibles de la producción de Cranach y también son formas significativas en la Historia del Arte. La manipulación de Valdés las convierte en iconos que han perdido su sentido original para asumir uno nuevo que se acuerda a la realidad posmoderna que el artista vive. Son una apelación a la galería de recuerdos del observador, quien a su vez realizará una nueva interpretación partiendo de las sugerencias del artista, a las que agrega su propia experiencia.


Manolo Valdés

Valencia, España, 1942

Nació en Valencia, España el 8 de marzo de 1942. En 1957 inició sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de su ciudad natal. Dos años después los abandonó para dedicarse por completo al ejercicio de la pintura.En 1964, junto a Joan Toledo y Rafael Solbes, formó el grupo Equipo Crónica. El primero abandonó el grupo en 1965, pero Valdés y Solbes continuaron durante diecisiete años, hasta la muerte de éste, en 1981.La historia del arte y la obra de algunos de sus grandes protagonistas siempre han constituido su principal interés. En su serie Las Meninas, por ejemplo, ofrece una interpretación contemporánea de Velásquez, al tiempo que establece también conexiones con Pablo Picasso. Rembrandt, Rubens y José de Ribera, además de artistas contemporáneos como Henri Matisse y Fernand Léger, han sido el centro de algunas de sus composiciones.Manolo Valdés ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas. En Buenos Aires expuso en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1998. Recibió diversos premios, entre ellos se cuentan el Premio Lissone y el Biella, ambos en Milán en 1965; la Medalla de Plata de la II Bienal Internacional de Grabados de Tokio, en 1979 y, en el mismo año, obtuvo el Premio Lis´79 del Museo de Arte de Bridgestone de Lisboa. En 1984 recibió el Premio Alfons Roig de Valencia y en 1985 el Premio Nacional de Bellas Artes de España. En 1986 le concedieron la Medalla de la Bienal del Festival Internacional de Artistas Plásticos de Bagdag. En 1993 fue condecorado por la República de Venezuela con la Orden de Andrés Bello en la clase de Banda de Honor.

Eva II (con Rosas), 1991

Grabado sobre papel hecho a mano, 178 x 75 cm

Fundador del Equipo Crónica, Manolo Valdés es un artista que trabaja a partir de ciertas imágenes del pasado a las que transforma buscando incidir de modo directo sobre el observador. Sus obras presentan aspectos que han llevado a vincularlo con la estética del arte pop, pero que, sin embargo, creemos, va mucho mas allá de esto, pues procura cumplir con un compromiso plástico que se vincula con la resignificación de una obra.
Las dos Evas de nuestra Colección muestran el mencionado interés del artista por el arte del pasado. De él se sirve no como inspiración sino como punto de partida, son formas que toma y procesa según sus propios intereses. En este caso, las dos figuras femeninas pueden reconocerse fácilmente como procedentes de obras realizadas por el artista alemán Lucas Cranach el Viejo, quien trabajó en el siglo XVI.
En el caso de Eva I, se trata de la Eva que aparece en el díptico de Adán y Eva, que se halla hoy en la Galería de los Oficios en Florencia. De allí, Valdés toma la figura femenina a la que recrea: la invierte y la despoja de toda alusión a su papel como Eva, tal como sucede con la rama con manzana con que la figura aparece en el original. La rama es sustituida por un plano con flores. De este modo, Eva se transforma, pierde aquí su primitivo papel representado por la manzana para convertirse en un personaje completamente diferente, que es un arquetipo femenino que ahora asume una nueva función.
Algo similar sucede en relación a Eva II, donde el referente es una figura de Venus, tema que Cranach trató en diversas ocasiones. En este caso creemos que se trata de aquella Venus con Cupido que roba panales, obra que se halla en la Galería Borghese de Roma.
Ambas obras son imágenes importantes y reconocibles de la producción de Cranach y también son formas significativas en la Historia del Arte. La manipulación de Valdés las convierte en iconos que han perdido su sentido original para asumir uno nuevo que se acuerda a la realidad posmoderna que el artista vive. Son una apelación a la galería de recuerdos del observador, quien a su vez realizará una nueva interpretación partiendo de las sugerencias del artista, a las que agrega su propia experiencia.


Maarten van Heemskerck

Heemskerk, Holanda, 1498-Haarlem, Holanda, 1574

Su primer maestro de pintura fue Cornelis Willemsz. en Haarlem, y luego Jan Lucasz y Jan van Scorel, en Delft. En 1532 partió para Roma, donde estudió las obras de artistas como Rafael y Miguel Ángel y se supone que debe de haber establecido relaciones con artistas como Francesco Salviati. Además de pinturas, realizó dibujos de edificios clásicos y contemporáneos, esculturas, ruinas, vistas de la ciudad, animales, etc. Regresó a Haarlem en 1537. Allí fue miembro de la Guilda de San Lucas, oficial menor entre 1551 y 1552 y decano en 1554. Cuando los españoles sitiaron Haarlem en 1572, se trasladó a Amsterdam, de donde retornó al año siguiente. La obra de van Hemskerck está marcada por su viaje a Italia. Puede ser dividida en tres períodos. El primero va de 1527 a 1532, cuando intenta emular a su maestro Jan van Scorel. La obra más importante de esta época es “San Lucas pintando a la Virgen” (1532). El segundo comprende los años que van de 1532 a 1536/37, cuando dibuja las ruinas de la ciudad, edificios modernos de los que han quedado dos cuadernos, y obras como “El Rapto de Helena” (1535-1536), “Venus y Cupido en la fragua de Vulcano” (1536). El tercero corresponde a las obras realizadas luego de su regreso a Haarlem en 1537 hasta su muerte. Pintó un buen número de retratos usando las fórmulas tradicionales. Es mucho más innovador en las obras de tema religioso, muchas de la cuales, a pesar de los problemas de los iconoclastas de 1566, han sobrevivido. Entre los temas mitológicos, “Momus criticando la creación de los dioses” (1561). El Museo Municipal de Bellas Artes “Juan B. Castagnino” de Rosario posee una obra que se supone un autorretrato de Heemskerck. También realizó dibujos para grabados (se hicieron alrededor de 600) que difundieron sus ideas vinculadas con el concepto de romanitas que estuvo presente a partir de su visita romana.

La Torre de Babel, s. f.

Óleo sobre tela, 139 x 181 cm

El tema de la construcción de la torre de Babel, palabra que significa "confundir", fue tratado con cierta frecuencia a fines del siglo XVI y principios del XVII. Se basa en el texto del Génesis 11:3-9, que relata que los pobladores de Senaar, Babilonia (o Babel), decidieron edificar "una ciudad, y también una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo para perpetuar nuestro nombre y no dispersarnos por toda la tierra", osadía que fue castigada por Dios confundiendo la lengua de aquellos hombres (hasta entonces toda la humanidad hablaba un solo idioma), impidiendo así que pudieran entenderse entre ellos y dispersándolos por toda la tierra. Se supone que Nemrod, el personaje que aparece montando un caballo blanco, dirigió su construcción.







La torre que los hombres están construyendo ocupa casi todo el sector izquierdo de la composición; hacia el otro lado, a la derecha, se desarrolla una amplia veduta que lleva al observador hasta las lejanías de las montañas que cierran el paisaje. La inmediatez del primer plano permite representar personajes y acciones que pueden verse en detalle y sirven para introducir al observador en el tema, complementándose con los diversos motivos que aparecen en el paisaje y también los que ofrece la misma torre con su camino helicoidal y las construcciones secundarias levantadas en sus diferentes niveles. Hay sectores que presentan puntos de interés resueltos en detalle, como el taller donde se trabaja preparando los bloques, grupos que se ocupan de su transporte, las barcas en el puerto, las casas y el templo con sus detalles arquitectónicos, las cascadas del río, la isla y otros accidentes en la geografía que se explaya en la lejanía, las montañas, el cielo y las nubes espesas que cubren el cielo. Nuestro pintor ha sabido componer una escena llena de vida y cargada de significación que responde a las exigencias de una época conflictiva y cambiante que decidiría nuevos rumbos en la cultura del norte de Europa.


Alejo Vidal-Quadras

Barcelona, España, 1919 - París, Francia, 1994

Alejo Vidal-Quadras nació en Barcelona en 1919. A los 5 años se estableció con su familia en Cannes. Nuevamente en España, ingresó en 1931 en el Colegio Bosanova en Barcelona, institución en la cual permaneció hasta 1936. En 1941 realizó su primera exhibición individual en la galería Zinco de Barcelona. Entre 1941 y 1943 residió en Santiago de Chile, iniciando su carrera como retratista. Realizó allí una exhibición en la Galería Eyzaguirre, en 1942. Luego de su estadía chilena se instaló por tres años en Buenos Aires, ciudad en la que consolidó su fama. Allí expuso en la Galería Müller, en 1943 y 1944, y en la Galería Witcomb, en 1946. En 1947 viajó a París, Francia, donde se instaló, viajando regularmente a su Barcelona natal. En 1949 realizó su primera exhibición en la Galería André Weill de París. Un año más tarde se casó con la joven actriz de origen argentino Tilda Tamar. En 1950 comenzó a realizar retratos sobre las familias reales europeas y las grandes personalidades de aquel entonces. Realizó muestras en España, en las ciudades de Barcelona, Madrid y Bilbao. En 1955, la Condesa de París Isabel de Orleáns y Braganza le encomendó los retratos de sus once hijos. Dicho encargo le proporcionó una fama internacional y lo consagró como el gran retratista de la época. Las exhibiciones en París y Barcelona se repitieron y, a partir de 1961, comenzó a exponer en Estados Unidos. A partir de la década del '80 el artista alterna su residencia entre París y los Estados Unidos. Gracias a encargos provenientes de diversas ciudades del mundo, su actividad artística se desarrolló de manera interrumpida hasta su muerte, en 1994.

Retrato de la señora Amalia Lacroze de Fortabat, 1946

Carbonilla y pastel sobre papel, 100 x 70 cm

El artista catalán Alejo Vidal-Quadras se destacó a partir de mediados del siglo XX como retratista. Posaron para él las personalidades más encumbradas de la época. A lo largo de su trabajo y mientras su fama avanzaba tuvo encargos de la nobleza europea y la aristocracia de todo el mundo.

En el trabajo profesional, su humildad lo obligaba a nunca mencionarse como artista y se negaba a decir que creaba, se consideraba un artesano que realizaba pinturas.

En las sesiones, conversaba con el modelo para captar gestos, expresiones del rostro, emociones y descubrir la personalidad del futuro retratado. Después de esas charlas, en encuentros muy cortos pero de gran intensidad, se lanzaba a dibujar de manera veloz y con gran precisión. Realizaba muchas versiones siguiendo los impulsos que en el momento le despertaba el retratado. No eran de su gusto prolongadas jornadas sobre una misma obra sino la espontaneidad del primer dibujo; la soltura y decisión del primer trazo de la carbonilla o la ligereza del óleo en el movimiento fluido del pincel.

Al pintor le interesaba sólo la personalidad de su modelo, por lo que la técnica elegida dependía de la misma psicología del retratado. Cada material seleccionado revela aspectos internos del personaje. Por ello, también, el fondo o el entorno no son importantes, son una anécdota superflua. En algunas obras apenas colocó unas pocas manchas para recortar la figura del modelo.

El primer retrato que realizó de la señora Amalia Lacroze de Fortabat es de la década de los 40 del siglo pasado, período en el que Vidal-Quadras residió en América del Sur, viviendo en Chile y en la Argentina. Es una carbonilla donde la intención del artista está puesta en reflejar fielmente el aspecto real de la retratada. El dibujo es correcto con trazos vigorosos en la figura y delicados fundidos de valor en el rostro.

En el óleo Retrato de la señora Amalia Lacroze de Fortabat, pintado en Cap d´Antibes en 1962, el material fluye velozmente por la tela en pinceladas rápidas que delimitan contornos y formas, y crean volumen. Para lograr el parecido con la figura retratada, el dibujo preciso se concentra exclusivamente en el rostro. El resto del lienzo tiene un tratamiento espontáneo y de gran frescura en la ejecución. El fondo está constituido por gestuales pinceladas, cargadas de materia, que le sirven al artista para contrastar la figura. Asimismo, algunas diferencias de valor —zonas oscuras y claras— de este fondo insinúan cierta estructura espacial.

El Retrato del señor Alfredo Fortabat, pintado en París en 1961, al igual que el primer dibujo, es una carbonilla sobre papel con algunos destaques en pastel blanco. La estrategia pictórica es similar a la de la otra obra en cuanto a la soltura del dibujo. Rápidos trazos que se concentran y ajustan al detalle en rostro y manos. La figura domina todo el espacio de la composición.


Alejo Vidal-Quadras

Barcelona, España, 1919 - París, Francia, 1994

Alejo Vidal-Quadras nació en Barcelona en 1919. A los 5 años se estableció con su familia en Cannes. Nuevamente en España, ingresó en 1931 en el Colegio Bosanova en Barcelona, institución en la cual permaneció hasta 1936. En 1941 realizó su primera exhibición individual en la galería Zinco de Barcelona. Entre 1941 y 1943 residió en Santiago de Chile, iniciando su carrera como retratista. Realizó allí una exhibición en la Galería Eyzaguirre, en 1942. Luego de su estadía chilena se instaló por tres años en Buenos Aires, ciudad en la que consolidó su fama. Allí expuso en la Galería Müller, en 1943 y 1944, y en la Galería Witcomb, en 1946. En 1947 viajó a París, Francia, donde se instaló, viajando regularmente a su Barcelona natal. En 1949 realizó su primera exhibición en la Galería André Weill de París. Un año más tarde se casó con la joven actriz de origen argentino Tilda Tamar. En 1950 comenzó a realizar retratos sobre las familias reales europeas y las grandes personalidades de aquel entonces. Realizó muestras en España, en las ciudades de Barcelona, Madrid y Bilbao. En 1955, la Condesa de París Isabel de Orleáns y Braganza le encomendó los retratos de sus once hijos. Dicho encargo le proporcionó una fama internacional y lo consagró como el gran retratista de la época. Las exhibiciones en París y Barcelona se repitieron y, a partir de 1961, comenzó a exponer en Estados Unidos. A partir de la década del '80 el artista alterna su residencia entre París y los Estados Unidos. Gracias a encargos provenientes de diversas ciudades del mundo, su actividad artística se desarrolló de manera interrumpida hasta su muerte, en 1994.

Retrato del señor Alfredo Fortabat, 1961

Carbonilla y pastel sobre papel, 102 x 71,5 cm

El artista catalán Alejo Vidal-Quadras se destacó a partir de mediados del siglo XX como retratista. Posaron para él las personalidades más encumbradas de la época. A lo largo de su trabajo y mientras su fama avanzaba tuvo encargos de la nobleza europea y la aristocracia de todo el mundo.


En el trabajo profesional, su humildad lo obligaba a nunca mencionarse como artista y se negaba a decir que creaba, se consideraba un artesano que realizaba pinturas.


En las sesiones, conversaba con el modelo para captar gestos, expresiones del rostro, emociones y descubrir la personalidad del futuro retratado. Después de esas charlas, en encuentros muy cortos pero de gran intensidad, se lanzaba a dibujar de manera veloz y con gran precisión. Realizaba muchas versiones siguiendo los impulsos que en el momento le despertaba el retratado. No eran de su gusto prolongadas jornadas sobre una misma obra sino la espontaneidad del primer dibujo; la soltura y decisión del primer trazo de la carbonilla o la ligereza del óleo en el movimiento fluido del pincel.


Al pintor le interesaba sólo la personalidad de su modelo, por lo que la técnica elegida dependía de la misma psicología del retratado. Cada material seleccionado revela aspectos internos del personaje. Por ello, también, el fondo o el entorno no son importantes, son una anécdota superflua. En algunas obras apenas colocó unas pocas manchas para recortar la figura del modelo.


El primer retrato que realizó de la señora Amalia Lacroze de Fortabat es de la década de los 40 del siglo pasado, período en el que Vidal-Quadras residió en América del Sur, viviendo en Chile y en la Argentina. Es una carbonilla donde la intención del artista está puesta en reflejar fielmente el aspecto real de la retratada. El dibujo es correcto con trazos vigorosos en la figura y delicados fundidos de valor en el rostro.


En el óleo Retrato de la señora Amalia Lacroze de Fortabat, pintado en Cap d´Antibes en 1962, el material fluye velozmente por la tela en pinceladas rápidas que delimitan contornos y formas, y crean volumen. Para lograr el parecido con la figura retratada, el dibujo preciso se concentra exclusivamente en el rostro. El resto del lienzo tiene un tratamiento espontáneo y de gran frescura en la ejecución. El fondo está constituido por gestuales pinceladas, cargadas de materia, que le sirven al artista para contrastar la figura. Asimismo, algunas diferencias de valor —zonas oscuras y claras— de este fondo insinúan cierta estructura espacial.


El Retrato del señor Alfredo Fortabat, pintado en París en 1961, al igual que el primer dibujo, es una carbonilla sobre papel con algunos destaques en pastel blanco. La estrategia pictórica es similar a la de la otra obra en cuanto a la soltura del dibujo. Rápidos trazos que se concentran y ajustan al detalle en rostro y manos. La figura domina todo el espacio de la composición.


Alejo Vidal-Quadras

Barcelona, España, 1919 - París, Francia, 1994

Alejo Vidal-Quadras nació en Barcelona en 1919. A los 5 años se estableció con su familia en Cannes. Nuevamente en España, ingresó en 1931 en el Colegio Bosanova en Barcelona, institución en la cual permaneció hasta 1936. En 1941 realizó su primera exhibición individual en la galería Zinco de Barcelona. Entre 1941 y 1943 residió en Santiago de Chile, iniciando su carrera como retratista. Realizó allí una exhibición en la Galería Eyzaguirre, en 1942. Luego de su estadía chilena se instaló por tres años en Buenos Aires, ciudad en la que consolidó su fama. Allí expuso en la Galería Müller, en 1943 y 1944, y en la Galería Witcomb, en 1946. En 1947 viajó a París, Francia, donde se instaló, viajando regularmente a su Barcelona natal. En 1949 realizó su primera exhibición en la Galería André Weill de París. Un año más tarde se casó con la joven actriz de origen argentino Tilda Tamar. En 1950 comenzó a realizar retratos sobre las familias reales europeas y las grandes personalidades de aquel entonces. Realizó muestras en España, en las ciudades de Barcelona, Madrid y Bilbao. En 1955, la Condesa de París Isabel de Orleáns y Braganza le encomendó los retratos de sus once hijos. Dicho encargo le proporcionó una fama internacional y lo consagró como el gran retratista de la época. Las exhibiciones en París y Barcelona se repitieron y, a partir de 1961, comenzó a exponer en Estados Unidos. A partir de la década del '80 el artista alterna su residencia entre París y los Estados Unidos. Gracias a encargos provenientes de diversas ciudades del mundo, su actividad artística se desarrolló de manera interrumpida hasta su muerte, en 1994.

Retrato de la señora Amalia Lacroze de Fortabat, 1962

Óleo sobre tela, 98 x 79 cm

El artista catalán Alejo Vidal-Quadras se destacó a partir de mediados del siglo XX como retratista. Posaron para él las personalidades más encumbradas de la época. A lo largo de su trabajo y mientras su fama avanzaba tuvo encargos de la nobleza europea y la aristocracia de todo el mundo.

En el trabajo profesional, su humildad lo obligaba a nunca mencionarse como artista y se negaba a decir que creaba, se consideraba un artesano que realizaba pinturas.

En las sesiones, conversaba con el modelo para captar gestos, expresiones del rostro, emociones y descubrir la personalidad del futuro retratado. Después de esas charlas, en encuentros muy cortos pero de gran intensidad, se lanzaba a dibujar de manera veloz y con gran precisión. Realizaba muchas versiones siguiendo los impulsos que en el momento le despertaba el retratado. No eran de su gusto prolongadas jornadas sobre una misma obra sino la espontaneidad del primer dibujo; la soltura y decisión del primer trazo de la carbonilla o la ligereza del óleo en el movimiento fluido del pincel.

Al pintor le interesaba sólo la personalidad de su modelo, por lo que la técnica elegida dependía de la misma psicología del retratado. Cada material seleccionado revela aspectos internos del personaje. Por ello, también, el fondo o el entorno no son importantes, son una anécdota superflua. En algunas obras apenas colocó unas pocas manchas para recortar la figura del modelo.

El primer retrato que realizó de la señora Amalia Lacroze de Fortabat es de la década de los 40 del siglo pasado, período en el que Vidal-Quadras residió en América del Sur, viviendo en Chile y en la Argentina. Es una carbonilla donde la intención del artista está puesta en reflejar fielmente el aspecto real de la retratada. El dibujo es correcto con trazos vigorosos en la figura y delicados fundidos de valor en el rostro.

En el óleo Retrato de la señora Amalia Lacroze de Fortabat, pintado en Cap d´Antibes en 1962, el material fluye velozmente por la tela en pinceladas rápidas que delimitan contornos y formas, y crean volumen. Para lograr el parecido con la figura retratada, el dibujo preciso se concentra exclusivamente en el rostro. El resto del lienzo tiene un tratamiento espontáneo y de gran frescura en la ejecución. El fondo está constituido por gestuales pinceladas, cargadas de materia, que le sirven al artista para contrastar la figura. Asimismo, algunas diferencias de valor —zonas oscuras y claras— de este fondo insinúan cierta estructura espacial.

El Retrato del señor Alfredo Fortabat, pintado en París en 1961, al igual que el primer dibujo, es una carbonilla sobre papel con algunos destaques en pastel blanco. La estrategia pictórica es similar a la de la otra obra en cuanto a la soltura del dibujo. Rápidos trazos que se concentran y ajustan al detalle en rostro y manos. La figura domina todo el espacio de la composición.


Andy Warhol

Forest City, Pensilvania, Estados Unidos, 1928 - Nueva York, Estados Unidos, 1987

Andrew Warhola nació en Forest City, Pennsyilvania, en 1928. Entre 1945 y 1949 estudió en el Carnegie Institute of Technology en Pittsburgh, donde obtuvo su título en Artes. En 1949 se mudó a Nueva York, donde trabajó para las revistas Vogue y Harper´s Bazaar y realizó avisos publicitarios para la firma de zapatos Millar. En esa época adoptó el nombre Andy Warhol.En 1952 realizó su primera exposición individual. En 1956 viajó a Europa y, de regreso en Nueva York, intervino en la exposición de dibujos Recent drawings USA, presentada en el Museo de Arte Moderno de esa ciudad. En 1960 introdujo cuadros de historietas en sus obras y realizó sus primeras pinturas con la botella de Coca-Cola, atisbando la importancia de la publicidad, a la que introdujo en el mundo del arte. Dos años después pintó las latas de sopa Campbell y comenzó a trabajar serigrafías con estrellas cinematográficas. Participó de la exposición The New Realists, consagratoria del arte pop y estableció The Factory, casa-taller donde trabajó con ayudantes produciendo más de 2.000 obras entre 1962 y 1964. Durante los años 70 realizó diversos retratos de personajes populares como Mick Jagger, Carolina Herrera, Liza Minnelli y Elizabeth Taylor, Marilyn Monroe y Mao Tse-tung. Algunos de ellos fueron exhibidos en 1979 en la exposición Portraits of the Seventies, realizada en New York. También pintó coches de carrera, creando el art car; realizó sus cápsulas del tiempo y, en 1975, publicó su primer libro: Philosophy of Andy Warhol.En 1981 experimentó con obras de artistas renacentistas como Leonardo da Vinci, Botticelli y Uccello. Continuó realizando retratos de celebridades, magnates, diseñadores, empresarios y otra gente adinerada. Retomó el tema de las catástrofes automovilísticas que ya había abordado en 1962 y, en 1986, pintó sus últimas obras: un retrato de Lenin y un autorretrato.El cine y la televisión fueron también mundos de su interés desde1963. Realizó más de 70 películas y también productos para la televisión, donde estableció sus célebres 15 minutos de fama.Murió en Nueva York el 22 de febrero de 1987, a los 58 años de edad.

Retrato de la señora Amalia Lacroze de Fortabat, 1980

Mixta sobre tela, 102 x 102 cm

Las latas de la sopas Campbell que Andy Warhol pintó en los primeros años de la década de 1960 son una de sus obras más conocidas y el signo de una época de cambios profundos que perfilaron mucho del mundo que ahora vivimos. En el mundo del arte, la aparición de temas como éste obedece a una nueva voluntad estética de un artista que lo decreta con valor artístico y además los reproduce en gran número. No queda ninguna duda de que Warhol tuvo el talento de entrever y valorar antes que nadie el papel que desempeñaban y el que desempeñarían los medios de comunicación. Posteriormente fue el descubrimiento de la fotografía en los diarios lo que lo llevó a renovar su imaginería y también su técnica de producción y de reproducción.

En nuestro Retrato de la señora Amalia Lacroze de Fortabat utiliza un encuadre que ha empledo para personalidades del mundo internacional, donde sólo se ve un fragmento de los hombros de la retratada. En la superficie cuadrada de la obra, la retratada ha sido representada mirando directamente hacia adelante, actitud con la que establece una franca comunicación con el observador. Sus aros y su peinado, junto a los hombros desnudos, se transforman aquí en signos que sirven para crear un clima inconfundible de elegancia que nos remite de modo inmediato al mundo de la retratada. En la obra no hay referencia alguna a una localización determinada, se trata de una imagen que puede existir, y de hecho así es, en cualquiera de los escenarios que acogen personalidades internacionales; pero el observador sabrá también conectar esta imagen con el mundo de los medios, que es el que interesa al artista.

El color del fondo pone un toque de irrealidad a la representación, idea que se confirma cuando percibimos que es el que ha usado para representar sombras y reflejos en la cabellera. El autor busca crear un contraste neto con el color empleado para las carnaciones, contraste que se acentúa por los pasajes de los planos con que la composición ha sido construida. Resulta así una obra que se constituye en una muy buena muestra de la ideas que Andy Warhol puso en juego en su producción artística.


Jacques Witjens Stephan

La Haya, Holanda, 1881 - Buenos Aires, Argentina 1956

Adrianus Hendrikus Witjens nació en La Haya, Holanda, el 11 de abril de 1881. No tuvo una educación artística formal, pero aprendió trabajando en su ciudad natal con el pintor y litógrafo August Allebe. En 1912 obtuvo el Primer Premio en el Concurso Bignall. Hacia fines de la década vivió alternativamente entre Haarlem y Utrecht.En 1920 llegó a Buenos Aires, donde se radicó definitivamente. En esta ciudad expuso regularmente a partir de 1925, cuando realizó su primera muestra individual en el Círculo Belga. Posteriormente lo hizo también en algunas ciudades del interior del País, tales como Mendoza, Mar del Plata y Tandil. En 1947 obtuvo el Premio Especial al Mejor Paisaje del Delta en el Salón de San Fernando (Buenos Aires) y en 1948 le otorgaron el Premio Ünico para Extranjeros en el Salón Nacional de Artes Plásticas.Witjens fue un prolífico pintor y dibujante. Su tema principal fue el paisaje, pero también trabajó obras de género y naturaleza muerta, generalmente sirviéndose de un formato pequeño. Las obras de su período europeo (vistas de ciudades, canales, molinos de viento) se caracterizan por el uso de una pincelada vigorosa y cargada de materia, así como por su paleta baja de pardos y tierras. En Argentina su paleta se enriquece y su pincelada se suaviza. Murió en Buenos Aires el 7 de diciembre de 1956.

Paisaje lacustre, s. f.

Óleo sobre tela, 50 x 70 cm

Paisaje lacustre es una escena en el campo dominada por un riacho que fluye apaciblemente a través de una campiña verde y ocre con tonos de otoño, en el que algunos hombres trabajan junto a un bote. La paleta está compuesta por los verdes y azules verdosos, a los que se agregan notas de amarillo y ocre, y se completa con los tenues azules y rosados del cielo.
El artista se vale de ciertos grafismos para definir la grama que cubre la ribera así como para la definición de ramas y follaje, especialmente de los dos grandes árboles de la izquierda. En las sombras de los árboles y en los reflejos sobre el agua, la pintura se empasta ligeramente formando una superficie de apariencia suave y aterciopelada que contribuye en la creación de una escena amable y pacífica, cuya quietud es sólo quebrada por la labor de los hombres. Esta presencia es la única nota de dinamismo que sirve para animar la composición.
Posiblemente inspirada por el Delta del Paraná, amplia región vecina a la ciudad de Buenos Aires que el artista también introdujo en su repertorio temático, esta escena puede ser asimilada a aquellas de los pequeños canales holandeses, muchas veces dominados por la presencia de un molino, que pintó en reiteradas oportunidades.


Jacques Witjens Stephan

La Haya, Holanda, 1881 - Buenos Aires, Argentina 1956

Adrianus Hendrikus Witjens nació en La Haya, Holanda, el 11 de abril de 1881. No tuvo una educación artística formal, pero aprendió trabajando en su ciudad natal con el pintor y litógrafo August Allebe. En 1912 obtuvo el Primer Premio en el Concurso Bignall. Hacia fines de la década vivió alternativamente entre Haarlem y Utrecht.En 1920 llegó a Buenos Aires, donde se radicó definitivamente. En esta ciudad expuso regularmente a partir de 1925, cuando realizó su primera muestra individual en el Círculo Belga. Posteriormente lo hizo también en algunas ciudades del interior del País, tales como Mendoza, Mar del Plata y Tandil. En 1947 obtuvo el Premio Especial al Mejor Paisaje del Delta en el Salón de San Fernando (Buenos Aires) y en 1948 le otorgaron el Premio Ünico para Extranjeros en el Salón Nacional de Artes Plásticas.Witjens fue un prolífico pintor y dibujante. Su tema principal fue el paisaje, pero también trabajó obras de género y naturaleza muerta, generalmente sirviéndose de un formato pequeño. Las obras de su período europeo (vistas de ciudades, canales, molinos de viento) se caracterizan por el uso de una pincelada vigorosa y cargada de materia, así como por su paleta baja de pardos y tierras. En Argentina su paleta se enriquece y su pincelada se suaviza. Murió en Buenos Aires el 7 de diciembre de 1956.

Canal de Holanda, s. f.

Óleo sobre tela, 44 x 58 cm

Una hilera de casas entre las que sobresale a la derecha la torre de una iglesia cierra el fondo de esta vista urbana; se levantan sobre una calle que bordea un amplio canal que a la derecha deja ver la otra margen, donde también aparecen casas de arquitectura similar, caracterizadas por altos techos a dos aguas. También de ese lado se ve un muelle poblado por algunas personas. En el agua, varias barcas muestran cierta actividad. La composición se completa con un cielo que se refleja en el agua abajo y presta su claridad a la escena. Arquitectura, agua y cielo se acomodan respetando una fórmula que desarrollaron los pintores holandeses en el siglo XVII: un horizonte muy bajo que se traza en el tercio inferior de la obra, dejando los dos restantes para el cielo. En muchos casos, éste aparece poblado de diversas nubes que se mueven y se iluminan con diferentes luces y reflejos convirtiéndose en un protagonista, tal como sucede en el curso del día en Holanda.

En el caso de nuestro Canal de Holanda, el cielo es tranquilo y sólo presenta la riqueza de unas nubes diáfanas, apenas tonalizadas de azul y rosado, que se reflejan en el agua. Las sombras de las barcas en el agua, junto a los colores de la arquitectura, sirven para generar un clima tranquilo y apacible que se constituye en el tema de esta pintura. El lienzo se puede reducir a un plano azul rosado quebrado por los ocres, tierras y rojos de la porción urbana y por ciertos puntos de claridad, como el tocado de la cabeza de una figura a la derecha, el blanco de una pared a los pies de la iglesia o un leve toque que se ve en el extremo izquierdo de la obra. Ellos quiebran la homogeneidad de la escena y crean puntos de atención que animan la composición.


Félix-François Georges Philibert Ziem

Beaune, Francia, 1821 - París, Francia, 1911

Félix-François Georges Philibert Ziem nació en Beaune, departamento Côte d’Or de la región de Borgoña, en Francia. Su madre era nativa de Borgoña mientras que su padre era un inmigrante croata. Estudió en la Escuela de Arquitectura de Dijon y durante un tiempo trabajó como arquitecto. Pronto comenzó la enseñanza de pintura en una academia que abrió en Marsella.En 1841 inició un viaje hacia Italia, pasando por Niza. En 1842 conoció Venecia, ciudad que se convertiría en la fuente de muchas de sus obras. En 1849 se instaló en París, uniéndose a los pintores de la École de Barbizon. Pintó junto a Charles FrançoisDaubigny en Jouarre y a Eugène Boudin en Le Havre. A partir de ese año y hasta 1868 realizó habituales envíos al Salón de la Academia de Bellas Artes. A partir de 1870 fue miembro del jurado de ese Salón. En 1857 fue nombrado Caballero de la Legión de Honor, Oficial en 1878 y Comandante en 1908.En 1910 una obra suya ingresó en el Louvre, por lo que fue el primer artista vivo que el museo admitió. Ese mismo año se inauguró en Martigues el Museo Ziem. Murió en París en 1911

The Grand Canal, Venice (El Gran Canal, Venecia), s. f.

Óleo sobre tela, 67,5 x 110 cm

Un amplio panorama desde la laguna veneciana es el escenario que Félix Ziem muestra en esta obra. Il bacino di San Marco, como se lo conoce, sirve de marco a diversas actividades que se cumplen varias embarcaciones. En el primer plano, una góndola con un grupo de remeros cruza la escena delante de una gran embarcación con sus velas desplegadas pero en reposo. A su izquierda, y en un plano ubicado más allá, se ve otra góndola cuyo gondolero se recorta contra el paisaje. Al fondo, la ciudad puede verse mostrando un perfil en el que se distinguen algunos edificios emblemáticos de la Serenísima: a la izquierda, la punta de la Dogana, con la cúpula y los cupulines de Santa Maria Della Salutte; a la derecha, la gran masa del palacio de los Dogos con el campanile de San Marcos. El cielo, de intenso azul, recorrido por algunas nubes suaves y pequeñas, crea una atmósfera límpida que envuelve esta vista y completa esta composición con la que Félix Ziem evoca uno de sus escenarios preferidos.
El agua de la laguna se mueve y emite reflejos a partir del empaste, mientras que el cielo es consistente y traslúcido a la vez. Usa aquí un esquema compositivo que define un escenario donde destaca un elemento de interés como la barca con velas. Entre estos elementos establece una diferencia de escala o tamaños que le sirve para acentuar el contraste y enfatizar el motivo de su interés. Pero, al mismo tiempo, mediante otras barcas, algunas sombras o el movimiento y los reflejos del agua, crea un suave pasaje entre el primer plano y la ciudad que se reconoce en el fondo.